Seguramente ya has oído hablar de los radares de tramo y es que, poco a poco, la DGT los está implantado por toda la península. Pero, ¿cómo funcionan exactamente este tipo de radares? ¿dónde están ubicados? Este sistema es relativamente nuevo y crea numerosas dudas en los conductores, así que hoy los estudiamos a fondo.
Un radar de tramo tiene dos dispositivos que se colocan separados a lo largo de una carretera sin desvíos y sin cambios en el límite de velocidad. Cada uno de estos dispositivos tiene una cámara para cada carril todas están interconectadas entre sí. La primera cámara graba la matricula y la segunda, al detectarla, calcula la velocidad media del vehículo en el recorrido y se conectan a un servidor que almacena todas las imágenes del infractor. Poseen iluminación láser-led, que aunque nosotros no podamos verla, les permite funcionar de noche.
Actualmente, según las últimas informaciones que nos ha proporcionado la DGT, Málaga se sitúa a la cabeza en radares de tramo, cuenta con cinco: tres en la A-7 y dos en la A-45, le sigue A Coruña, con cuatro. También cuentan con este tipo de radares Barcelona, Girona, Tarragona, Lleida, Lugo, Ourense, León, Jaén, Segovia, Zaragoza y Madrid.
La ubicación exacta de los radares de tramo gallegos es la siguiente:
Carretera | Pronvicia | Punto km inicio – fin | Sentido |
---|---|---|---|
N-550 | A Coruña | 54.627 – 56.116 | Creciente |
AG-64 | A Coruña | 18.430 – 12.825 | Decreciente |
AP-9F | A Coruña | 29.935 – 31.137 | Creciente |
AG-55 | A Coruña | 14.848 – 11.713 | Decreciente |
N-525 | Ourense | 242.248 – 245.985 | Creciente |
A-8 | Lugo | 549.550 – 540.300 | Decreciente |
Aunque generalmente este tipo de radares se colocan en carreteras secundarias, túneles o autopista con concentración de accidentes en las últimas semanas Madrid ha instalado el primer radar de tramo en una vía urbana (comenzó a funcionar este mes) y ha despertado, una vez más, la polémica seguridad-recaudación que rodea a estos sistemas de control.
Sea como fuere, parece que la DGT tiene claro que este tipo de radares son el futuro y, por lo tanto, que seguirán aumentando, para disgusto de los bolsillos de aquellos que habitualmente incumplan las normas de circulación (y de algún que otro despistado).