La cera permite proteger la pintura de tu coche de la lluvia, el sol, insectos, resina o excrementos de animales. Encerando periódicamente tu coche, ayudarás a que la carrocería luzca casi como el primer día y conseguirás un acabado con brillo y profundidad, pero para ello, debes hacerlo de la forma correcta. Te explicamos cómo.
Para que el resultado de aplicar la cera sea el esperado, tu coche debe estar bien pulido, pero además debes limpiarlo, secarlo, eliminar cualquier resto de polvo y situarlo a la sombra, donde la chapa no se caliente.
En primer lugar, debemos escoger la cera, existen ceras sintéticas y naturales y ambas están disponibles con distintos matices y acabados. Se vende en pasta o líquida y hay todo tipo de precios y calidades. Elige la que consideres más apropiada para tu vehículo.
Escogida la cera, extiéndela muy bien por la chapa, de forma que se intuya un pequeño halo, pero fíjate que no queden manchones, así te será más fácil retirarla después y ahorrarás producto.
No olvides que la cera debe reposar antes de ser retirada, cada cera tiene sus propios tiempos y debes respetarlos. Una vez retirada, la cera necesitará evaporar los productos que la componen y asentarse, este es el denominado “tiempo de curado” en el que no podrás lavar el coche ni ponerle más cera, de nuevo depende del tipo de cera que uses.
¿Cada cuánto debes aplicar una nueva capa de cera? Por norma general las ceras naturales duran unos 3 meses y las artificiales unos 6, pero fíjate en si la pintura sigue repeliendo el agua y si ya no lo hace, puedes volver a encerar.