Llevar el mantenimiento de nuestro vehículo al día es fundamental para prevenir los fallos que puedan producirse en el. Y corregirlos cuanto antes es importante para evitar las averías más caras que puede sufrir tu coche, que pueden incluso, acabar por mandarlo al desguace.
Conocer nuestro coche es importante para detectar comportamientos poco habituales que nos alertan de las averías más comunes y los fallos que muy probablemente te obligarán a cambiar de coche. Por eso, siempre recomendamos realizar todas las revisiones de mantenimiento de manera periódica para mantener el coche en las mejores condiciones posibles, maximizar nuestra seguridad en carretera y evitar las averías más caras.
Junta de la culata: Su función es unir la culata con el bloque motor. Está preparada para soportar altas temperaturas y facilitar el paso de aceite y agua a través de sus orificios. Sabremos que hay algún problema en ella cuando sale humo blanco por el tubo de escape de manera continuada. Para evitarlo, es necesario estar atentos a los testigos del vehículo.
Correa de distribución: Es pieza responsable de la sincronización del giro de la polea del cigüeñal con el piñón del árbol de levas en un motor de combustión. Si llega a romperse puede dañar varias partes del motor, entre ellas la culata. La precaución que podemos tener en este caso es renovar la correa periódicamente, según las indicaciones del fabricante. Habitualmente, cada 80.000 kilómetros. En caso de no alcanzar este kilometraje antes, también recomiendan cambiarla cada 5 años, puesto que, con el tiempo, también se cuartea y puede romperse.
Bomba de combustible: Es el dispositivo que gestiona la energía necesaria para desplazar el combustible enviando la presión necesaria en el momento exacto a los inyectores. Según el tipo de motor, trabaja desde una presión de 100 bar hasta presiones de 2.050 bar. Cuanto más potente sea el motor, más potente será la bomba de combustible. Cuando deja de funcionar correctamente el coche se para, como si se le hubiera acabado la gasolina. Sabemos que hay que repararla cuando el coche no enciende, se apaga… Suele deberse al sobrecalentamiento de la bomba y, una vez que lo dejamos reposar, enfría vuelve a arrancar el coche. Para evitar este tipo de averías es importante evitar circular con el depósito en la reserva.
Estas solo son tres de las averías más caras de reparar que puede sufrir tu coche. Antes de subsanarlas, probablemente te plantees si compensa. ¿Qué harías ante este tipo de reparaciones?