Mantener una red de carreteras eficiente no solo comprende la correcta construcción de los caminos sino también su mantenimiento una vez construidos. Las carreteras se dañan pasando por una fase de deterioro lento con fallas poco perceptibles para pasar a una fase donde el deterioro se acelera presentando un colapso de estructuras para que finalmente se produzca su destrucción total. Por esta razón se hace indispensable un mantenimiento de las carreteras.
Debido a la crisis económica y financiera de los últimos años es evidente que se ha descuidado la conservación y gracias a los fuertes recortes aplicados en la inversión en infraestructuras, el deterioro de las mismas se ha acelerado. Fueron 46.700 los millones destinados a infraestructuras en el año de mayor inversión en España mientras que hace dos años apenas se invirtieron 9.173 millones.En el año 2014 se invirtieron 993 millones de euros en conservación y explotación de carreteras y solo para reasfaltar todas las carreteras que lo necesitan, se requerirían al menos 5.200 millones de euros.
Muchas de las carreteras por las que transitamos día a día presentan un asfaltado en mal estado lo que puede ocasionar una peor adherencia y provoca el aumento de la distancia de frenado. Es comprensible que la inversión en época de crisis se vea reducida para la construcción de obra nueva pero no es recomendable descuidar el estado de una carretera existente que día a día utilizan los conductores. La financiación para conservación y mantenimiento de las carreteras se emplea de forma eficiente y supone un ahorro al final de 5€ pasados 10 años. Supone alargar la vida útil de la carretera alrededor de 20-30 años. Y es que es mucho más barato reasfaltar una carretera que directamente construirla de nuevo.