Consumo del vehículo, adherencia al asfalto, distancia de frenada… Son aspectos en los que incide directamente el tipo de neumáticos que calce nuestro coche. De un tiempo a esta parte se ha extendido el uso de neumáticos más anchos y de perfil bajo por diversos motivos. Hoy, apuntaremos las ventajas y los inconvenientes que pueden surgir por elegir unos neumáticos anchos.
Comenzamos por las ventajas: En primer lugar, cabe decir a favor de los neumáticos anchos, que permiten una mayor superficie de contacto con el asfalto. Así, con el asfalto seco, el agarre será mayor y la distancia de frenada se reducirá. Este tipo de neumáticos suelen tener un perfil más bajo que los habituales. Esto hace la conducción más precisa porque reduce la distancia entre el vehículo y la carretera, por ello, al tomar las curvas la fuerza de atracción es mayor y el vehículo tiene un comportamiento más estable.
Los inconvenientes son la cara b de cada una de las ventajas. De este modo, si contábamos como ventaja la mayor superficie de contacto con el asfalto, también tenemos que tener en cuenta que esto supone una mayor resistencia a la rozadura, y, por tanto, un mayor consumo del vehículo. También se reduce la comodidad al volante. La mayor precisión a la hora de conducir provoca que notemos mejor cada imperfección del suelo. En esta misma línea, con lluvia o asfalto mojado, aumentan las posibilidades de sufrir aquaplaning por la mayor anchura de neumático. Por otra parte, el precio de estos neumáticos, más anchos, normalmente es más caro. Aunque, finalmente, lo que suele subir más el coste es el perfil bajo.
Por último, también es importante recordar que se trata de indicaciones, a la hora de elegir neumáticos porque en el comportamiento de un vehículo en carretera, uno de los factores que más influye son los hábitos al volante de cada uno.