Los vehículos de conducción autónoma comienzan a dejar de ser cosas de película futurista. La investigación no para y Audi, por ejemplo, acaba de mostrar el potencial dinámico del RS 7 piloted driving concept, el vehículo experimental de estas características más deportivo del mundo.
La marca alemana lleva años trabajando en el desarrollo de vehículos autónomos. Así, en 2010 el fabricante germano logró que su modelo sin conductor Audi TTS subiera hasta Pikes Peak, en Colorado (Estados Unidos).
El Audi RS 7 autónomo no es más que el reflejo de los principios de la marca de los aros, que siempre desea estar a la vanguardia de la técnica. Con este coche experimental, se investigan las posibilidades de la conducción autónoma, dentro del nivel de mayor dinamismo y deportividad.
El Audi RS 7 piloted driving concept es un prototipo prácticamente igual al modelo de producción. Lo único que diferencia a ambos es el control automático, en el primero, de la servodirección electromecánica, frenos, cambio de ocho marchas tiptronic y mariposa del acelerador. Además, la velocidad máxima se ha limitado a los 250 km/h en la versión autónoma.
Según los expertos, a la hora de poner en marcha un vehículo de conducción autónoma al límite de sus capacidades es crucial la precisión del coche sobre el pavimento y el control absoluto de los límites de adherencia. Para conseguir todos estos objetivos, la plataforma tecnológica utiliza señales GPS a través de WLAN y radio de alta frecuencia. Además, el automóvil obtiene información sobre su posicionamiento, gracias a imágenes 3D e información gráfica almacenada en el ordenador. El sistema compara ambas fuentes y detecta centenares de rasgos conocidos, como las líneas de las edificaciones del fondo.
Hace unas semanas, el RS 7 superó las expectativas puestas en él, en una prueba de velocidad celebrada en el Circuito de Hockenheim. Aprovechando la última carrera del DTM, el Campeonato Alemán de Turismos, los ingenieros de Audi consiguieron que el prototipo diese una vuelta completa, en poco más de dos minutos, a la legendaria pista alemana.
El coche experimental mostró sus capacidades acelerando a tope en rectas y frenando a fondo antes de los giros. Las fuerzas de deceleración superaron 1,3 g. y la aceleración lateral rondó el 1,1 g.
Todos habíamos escuchado hablar, hasta ahora, de coches de conducción autónoma moviéndose en escenarios convencionales (calles, carreteras…). Sin embargo, el Audi RS 7 piloted driving concept supone una vuelta de rosca a esta tecnología, para aprovechar al máximo las capacidades de este tipo de vehículos. Los espectadores de Hockenheim pudieron comprobarlas en vivo.
Aún queda tiempo para ver vehículos de conducción autónoma por ciudades, carreteras o circuitos. Cuestiones legales y de seguridad lo impiden, aunque la tecnología sigue perfeccionándose y el Audi RS 7 piloted driving concept es una buena prueba de ello.