Manteniendo tanto el nombre como el precio de los aceites Helix Ultra, Shell ha lanzado al mercado una gama de aceites sintéticos, con viscosidades que oscilan entre los 5W40 y los 0W20, desarrollados a partir de la tecnología PurePlus. La novedad consiste en el procesamiento del aceite base a partir de gas natural en lugar de petróleo y al que una vez destilado, se le añaden los distintos componentes en función de los requerimientos de cada motor.
La petrolera holandesa Shell ha invertido desde 2010 alrededor de 19 billones de dólares para la investigación en este campo, que se han materializado en el proyecto Pearl GTL desarrollado íntegramente en la destilería Ras Laffan, situada en Qatar. La idea es filtrar impurezas, agua y azufre del gas con lo que se consigue crear una mezcla con menos partículas tóxicas que expulsar a través del tubo de escape. El azufre eliminado que posteriormente se utilizará en la producción de acero, fertilizantes y en otras industrias químicas como la farmacéutica. Lo que se obtiene después de la separación de estos elementos es metano puro que, combinado con oxígeno, se convierte en un gas de síntesis tras alcanzar temperaturas muy elevadas. A partir de ahí, se le agrega una serie de catalizadores para que se produzcan diversas reacciones que den lugar a los hidrocarburos que componen el GTL o aceite base.
Las ventajas de este lubricante respecto a los habituales sintetizados a través del petróleo son múltiples. Se trata de un aceite sin impurezas y su viscosidad resulta muy baja, por lo que su estabilidad perdura más en el tiempo en comparación con los aceites tradicionales. Incluso es más resistente a la oxidación por lo que tolera mejor temperaturas extremas ya sean altas o bajas. Además, el consumo puede llegar a reducirse hasta un 5%. Por otro lado, la posibilidad de pérdidas por volatilidad se reduce a un 8% e incluso un 6%, frente al 20% de otros lubricantes. De esta forma, el mantenimiento puede realizarse en un intervalo mayor de tiempo.
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