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Los orígenes de Opel se remontan a hace más de un siglo, concretamente, una trayectoria de más de 110 años trabajando en base a unos valores y principios que se resumen en la expresión: “Wir leben Autos” (“Vivimos los automóviles”). Como señalan desde la propia marca, “los coches Opel no sólo se conducen, también forman parte esencial de la vida. En Opel sumamos nuestras experiencias personales a las de nuestros clientes para lograr que su movilidad diaria sea más fácil y gratificante. Nunca dejamos de buscar nuevas formas para influir positivamente en la vida de las personas”.

El centro de Diseño de Russelsheim es, sin duda, una pieza clave en la historia de este fabricante, y precisamente este año celebra su 50 cumpleaños. Con tal motivo, Mark Adms y Friedhelm Engler, máximos responsables de este centro, desvelan su ‘Top Ten’ de los modelos de la casa alemana, es decir, aquellos Opel inolvidables e irrepetibles.

El único modelo actual de este ranking es el Astra GTC, un vehículo deportivo y de proporciones dinámicas que se descubrió al público en 2011. De líneas arqueadas y techo ligeramente bajo –como todos los deportivos-, este Opel es atractivo a la vista y, por si fuera poco, confortable por dentro y por fuera. Igual de sorprendente, y también con esencia deportiva, es el Opel Speedster, un biplaza descapotable con el que la marca revolucionó el mercado en 2001. Capaz de ponerse de 0 a 100 en tan solo 4,9 segundos, esta fiera del asfalto es un miembro estrella de la familia Opel.

En la década de los 90 destacan dos modelos: Tigra y Zafira. El primero de ellos es un pequeño deportivo con una novedosa disposición 2-2 y una llamativa luna trasera de forma redondeada, ideada por el japonés Hideo Kodama. El Zafra, sin embargo, nada tiene que ver con el Opel Tigra, pues se trata de un monovolumen dinámico y que destacó en el mercado por sus bajas cifras de consumo, nada comunes en este segmento.

Los 80 fueron años en los que el Opel Omega, el Kadett E y el Calibra brillaron con luz propia. El primero de ellos es una increíble berlina con el coeficiente aerodinámico más bajo de su categoría hasta que desembarcó el Opel Calibra, un rápido coupé de silueta afilada. Del Kadett destacar que se llegaron a fabricar 3,8 millones de unidades.

Uno de los clásicos por excelencias es el Opel Corsa, un utilitario de pequeñas dimensiones –tan solo 3,6 metros de longitud-, al principio más rectas y claras, y que evolucionó con los años a una silueta más redondeada y, por decirlo de alguna forma, femenina. El Opel Manta es otro de los imprescindibles de esta lista. Nacido en la década de los 70, este coupé deportivo se caracterizaba por un diseño que llamó la atención de los jóvenes y del que se vendieron más de un millón de unidades.

Bajo el eslogan “Sólo volar es mejor” se presentó el Opel GT, un biplaza que irrumpió con fuerza en el sector de los deportivos y que incluía sorprendente novedades como la ausencia de maletero y un peso de 940 kilos.

Todos ellos, del primero al décimo, encarnan la filosofía “Wir Leben Autos”, ese trabajo y compromiso del que siempre hace gala el fabricante germano.