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Como cada temporada estival y de largos recorridos por carretera, administraciones y entidades del mundo del automóvil recuerdan, con mucha razón, los peligros y contratiempos que supone salir de viaje sin hacer una revisión, al menos casera, al coche. Hoy os recordamos qué pautas seguir para viajar de forma más segura.

Sin duda las vacaciones de verano suelen ser el mejor momento para hacer una revisión al coche. Aprovecha este viaje para cambiarle el aceite, revisar los neumáticos, recordar que hay que rellenarlo de líquido refrigerante y para el limpiaparabrisas.

Niveles de aceite, aire acondicionado, neumáticos…

Las elevadas temperaturas del verano afectan también a tu coche. No sólo en cuanto a los grados acumulados en el interior sino a un posible recalentamiento del motor que traería consigo consecuencias fatídicas para tu viaje. Por eso, te recomendamos que antes de partir te fijes en el estado de los manguitos y que no hay fugas ni de aceite ni de agua.

Acuérdate también de verificar que los niveles del aceite y del líquido refrigerante son los adecuados. Lo reglamentario es que el nivel de ambos esté entre las marcas de máximo y mínimo. Si falta, rellena los depósitos.

Es importante que tanto el circuito de refrigeración del coche como el radiador se encuentren en perfecto estado. Si tu coche tiene aire acondicionado, pásate por el taller para que revisen el circuito y acuérdate de limpiar los parabrisas para eliminar cualquier cosa que pueda obstruir la entrada de aire. Lo mismo sucede con el limpiaparabrisas. Límpialo de suciedad y rellena el depósito de agua.

Sin una batería cargada pocos kilómetros va a recorrer tu coche por lo que debes revisarla antes de salir, y sobre todo si ha dado problemas al arrancar, llevar una botella de agua destilada para rellenarla no está demás. Lo aconsejable es llenar hasta que falte un centímetro para rebosar.

Los neumáticos son una pieza fundamental para salvaguardar una conducción segura. Consulta en la documentación del coche la presión de aire idónea para tus ruedas y acércate a una gasolinera. Con el coche vacío mide la presión de cada una con el manómetro. Como regla general, todas las ruedas de vehículos ligeros, incluida la de repuesto, deben tener una presión de entre los 28 y 30 psi.

Ante un viaje largo pensamos que llenar el tanque de carburante es más cómodo para no tener que buscar gasolinera en el camino. Cierto, sin embargo, recuerda que si llenas mucho el depósito las altas temperaturas pueden provocar que se desborde el carburante con todo lo que eso conlleva.

Aunque no lo creas conveniente, llevar un botiquín en el coche es primordial. Elige un lugar seguro para guardarlo fuera del alcance de los niños. El espacio debe ser seguro y de rápido acceso si hay una emergencia.

Es importante también revisar y conocer la ubicación de las herramientas del vehículo ya sea un gato, los triángulos de emergencia, chalecos reflectantes, una linterna, un destornillador eléctrico, una llave de ruedas, juego de luces de repuesto o la llave de los tornillos antirrobo.

No cabe duda que la documentación del vehículo y del conductor junto con la ITV y los papeles del seguro en vigor son aspectos que hay que tener siempre a mano y en orden. De viaje, vacaciones o al trabajo.

Recuerda que más vale prevenir que lamentar y estos consejos ayudarán a que tu viaje se haga, al menos, en condiciones óptimas de seguridad. Antes de partir, no olvides planificar tu ruta en coche, establecer paradas de descanso cada dos horas, llevar ropa cómoda y tener algún refresco o agua para hidratarte hasta tu destino. ¡Buen viaje!