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El encarecimiento de los combustibles en los últimos meses nos ha llevado a pensar más detenidamente en el origen de esos precios desorbitados. Puede que los costes de producción sean una parte importante del coste del litro de gasolina y diésel pero, casi un 50% de su precio corresponde a impuestos. En este artículo te damos algunas claves para entender lo que pagas por el combustible de tus vehículos de ocasión o coches nuevos.

Precio del combustible sin carga impositiva

El precio base del combustible depende de varios factores como el precio del barril Brent. Este precio depende del coste de extracción y de la oferta y demanda en los mercados internacionales. Además, puede verse afectado por el aumento o contracción de la producción en los países de origen.

La Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) vende el combustible en España a los mayoristas de distribución, petroleras como Repsol o Cepsa, y éstas lo distribuyen en sus gasolineras y lo venden también a estaciones de servicio minoristas o independientes. Este conjunto de empresas, los grandes oligopolios de petroleras de nuestro país, buscan beneficio, pero su margen no es tan desorbitado como pensamos.

Carga impositiva de los carburantes

Donde encontramos la mayor subida en el precio de los carburantes es en los impuestos. El primero y más importante es el Impuesto Especial de Hidrocarburos, una cantidad fija que se aplica a cada litro de combustible, 0,47 euros para la gasolina y 0,38 en el gasóleo. El siguiente impuesto, y que afecta a la mayoría de transacciones, es el IVA del 21%. Esta cantidad también puede ir oscilando a lo largo del tiempo.

Los conductores de coches nuevos y vehículos de ocasión también tenemos que pagar el llamado Impuesto sobre Ventas Minoristas del Estado, que añade otros, 2,4 céntimos por litro. Además, en 2019 entró en vigor la nueva ley sobre tasas al consumo de hidrocarburos, y que elevó el gravamen por litro de gasóleo y gasolina en 7,2 céntimos.

La venta de carburantes se convierte así en una parte esencial para la financiación del Estado y las comunidades autónomas, recaudando anualmente en torno a los 20.000 millones de euros de los impuestos aplicados al sector. Es por ello por lo que no interesa bajar el precio de los combustibles y al final los que pagamos somos siempre los mismos.

Solo el tiempo nos dirá si el precio de los combustibles se mantendrá o podremos pagar menos por llenar el depósito de nuestros coches de ocasión.