Un embrague a punto de romperse es un problema, uno muy serio si estamos hablando de un coche seminuevo que acabamos de comprar y no buscamos meternos en un gasto tan grande como el de cambiar total o parcialmente el sistema de embrague. Para evitar este problema de cara a la compra de un coche de segunda mano vamos a explicarte qué es, cómo funciona un embrague y aquellos síntomas que podemos notar cuando pide ser remplazado.
Lo primero es aclarar que un “embrague” no es una sola pieza, sino un sistema entero formado por una gran cantidad de elementos que tienen el papel de permitir el paso de la energía del motor a la caja de cambios para así poder mover el coche. Sin el sistema de embrague no podríamos cambiar entre marchas, ni iniciar la marcha desde parado.
Vamos a ver las principales partes de un sistema de embrague, de manera muy superficial, lo que nos permitirá entender con más facilidad porqué se dan ciertos problemas y cómo detectarlos en el momento de comprar un coche seminuevo.
- Volante de motor: básicamente es un acumulador que “almacena” la energía del motor. Al mismo tiempo ayuda a reducir vibraciones molestas y a hacer la conducción a bajas revoluciones más confortable.
- Disco de embrague: pieza metálica recubierta por ferodo (como el de las pastillas de freno). Su función es la de hacer de intermediario entre el volante de motor y el plato de presión, gracias a la fricción de su superficie con la del volante.
- Plato de presión: sirve para modular la presión y contacto entre el embrague y el volante motor. Cuando pisamos el pedal del embrague estamos actuando indirectamente sobre esta pieza.
- Circuito hidráulico: en los sistemas de embrague modernos cuando pisamos el pedal de la izquierda estamos haciendo trabajar una bomba que envía liquido a través de un latiguillo hacia el plato de presión, haciendo que este actúe sobre el disco de embrague.
Ahora que ya sabemos cuales son las partes más importantes de este sistema y como funciona a grandes rasgos, es hora de hablar de esos síntomas que nos van a avisar de que alguna de las piezas del embrague del coche seminuevo en el que estamos interesados se encuentra en las últimas.
- El pedal se va al fondo y no regresa su posición. Si el latiguillo, o la bomba que lleva el líquido del sistema hidráulico al plato de presión se rompe nos dejará con el pedal en el suelo. Esto puede pasar de manera súbita (en el caso de que se rompa el latiguillo) o poco a poco (si la bomba está en mal estado), de todas maneras no suele ser una avería cara de reparar ya que estas piezas están bastante a mano. Una revisión periódica del nivel del líquido de embrague (el mismo que el de los frenos), nos puede avisar de la existencia de alguna fuga.
- Las revoluciones no van acorde con la velocidad del coche. Si el disco del embrague se queda sin ferodo o está manchado de aceite no hará fricción con el volante de motor por lo que patinará, elevando las revoluciones sin transmitir fuerza a las ruedas. Este es uno de los problemas más comunes y al que más debemos prestar atención a la hora de revisar un coche seminuevo. Para comprobar si el embrague patina debemos irnos a una cuesta relativamente pronunciada, y a la hora de encarar la pendiente, insertar una marcha larga (4ª,5ª o 6ª) y pisar el pedal del acelerador a fondo, tratando de subir la cuesta. Si se disparan las revoluciones nos tocará visitar al taller.
- El pedal pierde fuerza al principio del recorrido. Si al pisar el embrague nos damos cuenta que la primera parte del recorrido es más blanda que el resto puede deberse a que la bomba del circuito hidráulico o el plato de presión no tienen la suficiente fuerza, debido a un desgaste prematuro. Si no se revisa podemos llegar a romper el plato, dañando el resto de componentes del sistema de embrague.
- Sonido metálico al ralenti o de carraca al pisar el embrague. Existen dos tipos de volante motor: monomasa y bimasa, el primero durará toda la vida útil del vehículo mientras que el segundo puede ser fuente de problemas y es necesario sustituirlo cada vez que cambiamos el disco de embrague, ya que el desgaste va parejo. Un coche seminuevo moderno suele ir equipado con bimasa y es una de las piezas más caras de todo el sistema. El bimasa tiene la función de atenuar vibraciones provenientes del motor, por lo que en cuanto comienza a estar en mal estado, esas comenzarán a sentirse desde el puesto del conductor. Podemos notarlas a través del pedal del embrague estando el coche parado e incluso por un característico sonido de carraca al pisar el pedal.
Si sufres alguno de estos síntomas debes hacer una visita al mecánico, el modo más eficaz de conocer el estado real del sistema de embrague es desmontar y revisar. Pese a que puede ser un procedimiento costoso igual no es mala idea si el coche de segunda mano tiene un precio elevado y queremos asegurarnos que todo está bien. Un sistema de embrague en mal estado puede dejarnos sin control del vehículo sin previo aviso e incluso afectar a otras partes de la mecánica, por lo que es primordial que lo revises antes de proceder a la compra de un coche seminuevo y que lo cuides mucho, para evitar sorpresas y facturas con precios desorbitados. ¿Cómo cuidar el sistema de embrague? No te preocupes, nosotros te damos un par de consejos para que los apliques desde ya en tu día a día:
- No mantengas el pedal del embrague pisado mientras el coche está parado, deja el cambio en punto muerto y suelta el pedal.
- Al insertar una marcha o hacer un cambio pisa hasta el fondo el embrague, siempre, siempre, siempre.
- No circules con el pié izquierdo haciendo presión sobre el pedal de embrague, déjalo en el reposapiés.
- Al iniciar la marcha levanta poco a poco el pedal del embrague mientras aceleras suavemente, es importante que ayudes al coche a salir con un poco de acelerador, ya que a bajas vueltas el embrague puede sufrir más.
- No hagas arrancadas violentas levantando de golpe el embrague o acelerando mucho el motor, solo conseguirás un desgaste prematuro del disco. Si te hace falta salir con decisión mejor levantar poco a poco el pedal del embrague y cuando ya está completamente liberado entonces si puedes hundir hasta el fondo el acelerador.
Un cambio de kit de embrague en un coche moderno con volante bimasa es complicado que baje de los 1.000 euros, y suele situarse entre los 1.500 y los 2.000 €. Si al coche de segunda mano que vas a comprar no se le ha cambiado todavía el embrague y tiene una cantidad de km entre los 150.000 y los 200.000 es una muy buena idea separar algo de dinero para remplazar el kit, a la larga lo agradecerás.