Tras comprar un coche de ocasión, muchos se preguntan si pueden ir a un taller independiente en caso de sufrir una avería. Esto deriva de un miedo a perder la garantía del mismo, pero ¿realmente hay alguna ley que nos obligue a llevarlo al taller oficial?
Empecemos primero explicando lo básico: ¿Qué es la garantía? La garantía es un mecanismo que asegura el cumplimiento de una obligación y protege al comprador y sus derechos. Normalmente, la duración en cualquier producto nuevo es de dos años como mínimo. Debemos diferenciar entre la garantía legal y la comercial. La garantía legal es la que cubre la reparación de deficiencias de fábrica del vehículo. La garantía comercial es opcional, pues es un añadido a la legal que la mejora y complementa. Los vehículos de ocasión o de segunda mano también ofrecen una garantía que varía dependiendo de si el vendedor es particular o profesional. Si el vendedor es particular, la garantía del vehículo es de 6 meses, mientras que si es de un concesionario asciende a un año. En el caso del vehículo de ocasión, la garantía solo cubre cualquier defecto anterior a la compra.
Más allá de los defectos de fábrica, lo cubierto por una garantía lo establece la propia marca. Todos los concesionarios deben obligatoriamente atender los vehículos de su marca mientras la garantía siga vigente. En el período donde aún la mantengamos, se recomienda ir al taller oficial, pero no perderemos la garantía si vamos a uno independiente.
Antiguamente, llevar nuestro coche a un taller extraoficial era arriesgarnos a perder nuestra garantía. Sin embargo, esto cambia con la normativa de 2010 de la Comisión Europea para evitar coaccionar a los conductores a ir al taller oficial.