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Que los SUV están de moda es evidente, hace algunos años que llenan nuestras carreteras y cada vez las marcas ofrecen más modelos de este segmento. Los todocaminos urbanos han sido un filón en todo el mundo, pero ¿está justificada esta fama? ¿compensa realmente comprar un SUV? Pues como en todo, depende.

Los SUV son coches juveniles, dirigidos a personas de ocio activo, que, aunque tienen aspecto de todoterreno, cuentan con prestaciones se asemejan más a las de un turismo. Su principal atractivo reside en su aspecto robusto, su altura y esa sensación de seguridad que nos transmite conducir por encima de los demás coches.

Sin embargo, los SUV no son coches más seguros, de hecho es justo al contrario, al ser más altos tienen más opciones de volcar, sus carrocerías son peores en caso de accidente y también ofrecen peor respuesta en las curvas; aunque sí es cierto que al viajar los pasajeros más altos, en caso de accidente pueden evitarse lesiones que hubiesen sido más graves. Teniendo en cuenta lo demandados que son en la actualidad, las marcas trabajan cada día para suplir estos defectos de seguridad y ya existen todocaminos con prestaciones similares a las de un turismo.

Otros inconvenientes que puede tener un SUV son su mayor consumo al ser más pesados, o el mantenimiento más costoso, por ejemplo, en los cambios de ruedas.

Los SUV también tienen ventajas, son ideales para terrenos no asfaltados, en escapadas a la montaña, a la nieve o a la playa. También suelen tener mayor capacidad de carga así que puedes llevar tu equipaje y material deportivo. Para personas deportistas o que hacen viajes frecuentes a terrenos difíciles es el coche ideal.

Entonces ¿me compro o no un SUV? Lo mejor es que te olvides de su estética y pienses razonablemente para qué sueles usar el coche y si realmente le vas a sacar partido a las ventajas que pueden aportarte estos todocaminos urbanos.