Con el verano forzamos mucho más nuestro coche y lo tenemos en funcionamiento muchas más horas y a temperaturas mucho más altas. Que si escapada a la playa, que si viaje, que si vamos a visitar a la familia, al final tu coche de ocasión se resiente y puede dejarte tirado en carretera. La solución habitual es llamar a la grúa, pero hay pequeñas averías que puedes tratar de solucionar tú mismo.
Pinchazo en la rueda. Quizás sea de las más habituales, si notas que el volante gira solo o que el coche tiembla mucho probablemente tengas una rueda pinchada. Este problema puede ser aparatoso, pero no es grave y puedes arreglarlo solo, es cuestión de levantar el coche con el gato por la zona preparada para ello, quitar la tapa de las llantas o los tapacubos, retirar los tornillos y substituir la rueda por la de repuesto.
Sin batería. Lo más rápido para volver a arrancar tu coche es utilizar las pinzas con otro vehículo, si lo consigues revisa tu batería en cuanto puedas, no vaya a volverte a pasar, sino tienes pinzas ni nadie que pueda dejártelas no hay nada que hacer, tocará llamar a la grúa.
Humo en el coche. Si ves salir humo de tu coche procura mantener la calma. Es importante que lo dejes apartado tratando de no poner en peligro a los demás conductores en caso de que el vehículo arda por completo. Llama a emergencias cuanto antes y si tienes un extintor intenta apagarlo.
Si no consigues detectar la avería o se enciende algún piloto de aviso que desconoces en el coche, lo mejor es que pares y llames a una grúa, porque si continuas tu camino podría agravarse el problema y encarecerse la reparación. Para evitar cualquier disgusto lo mejor es que antes de salir revises detenidamente todos los componentes mecánicos y si hay algo que no está en orden visites tu taller.