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Volkswagen siempre se ha caracterizado por estar a la vanguardia en la fabricación de coches, por eso seguro que no te sorprenderá que ya en los años 80 la marca alemana hiciese una apuesta tan arriesgada como montar dos propulsores en uno de sus modelos estrella, el Volkswagen Scirocco.

Quizás muchos conozcan el Volkswagen Scirocco por la segunda vida que la marca alemana quiso dar a su modelo en el año 2008, pero lo cierto es que desde los años 70 y hasta comienzos de los 90 este robusto Volkswagen dominaba la carretera y enamoraba a su paso a los aficionados a los coches deportivos con personalidad propia.

Corría el año 1983 cuando Volkswagen apostaba por crear el primer prototipo del Scirocco Bi-Motor. La primera versión de este impresionante coche contaba con una potencia total de 360 CV gracias a sus dos motores de 1.8 litros cada uno, se trataba de auténticos propulsores de competición que querían llegar al público general. El deportivo alemán era extremadamente rápido, pudiendo alcanzar la friolera de 290 km/h y pasar de 0 a 100 km/h en tan solo 4,5 segundos.

Este primer intento de coche bi-motor no llegó a las carreteras, pero desde la marca alemana continuaban confiando en su idea, por eso decidieron realizar un nuevo prototipo. Para este segundo intento en Volkswagen decidieron emplear los mismos motores, pero reduciendo su potencia, dejándola en 282 CV. Esta segunda versión también contaba con un exterior mucho más ancho y con un aspecto deportivo marcado por las grandes entradas de aire.

Este sería la última apuesta que se hizo por crear un Scirocco Bi-Motor, desde la marca alemana decidieron que las dificultades para su fabricación y el elevado precio no hacían viable la producción. A pesar de que nunca llegaron a las carreteras, en el museo que Volkswagen tiene en la ciudad alemana de Wolfsburgo podemos admirar estos increíbles prototipos.