A veces cuando nuestro compañero de carretera está entradito en años, nosotros no queremos comprar coche y lo llevamos al límite. Seguramente alguna vez durante un viaje largo para comenzar tus vacaciones te ha tocado llamar a la grúa ¿menuda suerte la tuya no? Pero ¿por qué nos pasan estas cosas a nosotros? Pues probablemente la respuesta sea que tu coche ya no está para viajes largos. Sí, te lleva y te trae del trabajo todos los días, pero rodar durante horas es otra historia.
En los viajes largos forzamos los componentes de nuestro coche mucho más que en la conducción diaria y así es como sacamos a relucir todos sus pequeños defectos que permanecían, hasta ese momento, ocultos. El resultado puede ser una avería a kilómetros de casa y un enfado monumental. ¿Qué hacemos entonces? ¿Es hora de jubilar a nuestro amigo? No tiene por qué, a veces nuestro coche está peor por la falta de mantenimiento que por los años. Probablemente no necesites comprar coche sino poner a punto el tuyo antes de arrancar.
Los días previos a comenzar tus vacaciones pide en tu taller que revisen lo esencial: que el líquido refrigerante se encuentre en buenas condiciones, los filtros, el aceite, dirección, frenos, amortiguadores, airbags, el dibujo de los neumáticos y que le echen un vistazo también al resto de la mecánica, cuéntale si notas conduciendo alguna irregularidad o si has oído algún ruido raro, a lo mejor tu viejo coche todavía puede dar mucha guerra.
Un coche con un buen mantenimiento aguantará muchos más años y muchas más vacaciones a tu lado, pero si el tuyo no ha aprobado la prueba del taller no te preocupes, hoy en día puedes conseguir coches de segunda mano baratos y en perfectas condiciones sin ningún problema. Disfruta de unas buenas vacaciones que para unas semanas al año que tenemos libres es mejor no perder ni un segundo.