Un momento que puede ser muy emocionante, como es el de adquirir un coche propio en cualquier concesionario de Galicia puede verse empañado por el miedo al volante, un miedo más frecuente de lo que puede parecer.
Varios estudios apuntan a que un 54 % de conductores sufre ansiedad a la hora de ponerse al volante, una patología que en su grado máximo se convierte en un trastorno conocido como amaxofobia, los conductores nobeles son los más propensos a sufrirlo.
SÍNTOMAS
La amaxofobia, como cualquier otra fobia, puede ser leve o severa. Algunas personas que la padecen pueden viajar en un coche si el conductor es una persona en la que confían plenamente, como un cónyuge o un padre. Otros, pueden coger un autobús o un taxi si se trata de una ruta conocida. En los casos más graves, los amaxofóbicos no pueden viajar en ningún medio de transporte. Sus miedos abarcan las siguientes posibilidades:
- Un intenso miedo a tener un accidente.
- Temer las heridas o las muertes que resultarían del accidente.
- Miedo a quedar atrapado en el vehículo.
CAUSAS
La causa más común del miedo a conducir son los accidentes de tráfico. Así, la amaxofobia se desarrolla a menudo como reacción a una colisión vehicular particularmente traumática.
Para algunos pacientes, el miedo aumenta en situaciones muy específicas. Como estar cerca de vehículos grandes (camiones de transporte o autobuses). Para otros, el miedo puede desencadenarse ya solo por sentarse en el coche o por pensar en tener que viajar en vehículo en un futuro. También en conductores experimentados traumatizados por un accidente de coche reciente. Algunos conductores y pasajeros noveles que nunca han estado involucrados en un accidente de coche grave pueden presentar también un miedo muy fuerte a conducir.
CÓMO SUPERARLO
Comúnmente, para la fobia a conducir o formas más leves de ansiedad al volante se emplea una terapia de conducta en forma de desensibilización sistemática. Un enfoque de tratamiento emergente utiliza la terapia de realidad virtual con exposición repetida, mediante dispositivos similares a los videojuegos. La angustia subjetiva se reduce gradualmente, el paciente estará más dispuesto con el tiempo a conducir en la realidad, como etapa de la terapia de exposición.
CONCLUSIÓN
La amaxofobia, se proyecta como cualquier miedo a la hora de conducir. Lo importante es reconocerlo, tratarlo a tiempo y dejarlo en manos de un especialista es la mejor opción. Con el tiempo y el tratamiento adecuado se puede volver a conducir con total normalidad, siendo conscientes de la responsabilidad de conducir y disfrutar de una actividad segura y muy práctica.