En muchas ocasiones, tanto el conductor como los pasajeros de un vehículo incurren en conductas poco recomendables sin saberlo. Uno de estos comportamientos, que además de una sanción puede suponer un peligro para la persona implicada, es colocar los pies en el salpicadero. A la hora de viajar en coche es fundamental mantener una postura correcta para, en caso de accidente, evitar lesiones de mayor gravedad.
El peligro de colocar los pies en el salpicadero
El hábito de llevar una postura incorrecta en el coche puede suponer, entre otras cosas, que elementos de seguridad como el cinturón no funcionen correctamente. Cuando el copiloto lleva los pies colocados en el salpicadero puede sufrir lo que se denomina efecto submarino. Esto significa que corre el riesgo de escurrirse por debajo del cinturón. Este efecto puede sufrirlo cualquier pasajero dentro del coche que no lleve una postura adecuada, pero el copiloto quedará más expuesto a lesiones en caso de accidente.
Viajar en coche con los pies en el salpicadero convierte nuestras rodillas en nuestro peor enemigo. Entre las lesiones que podemos sufrir se encuentran fracturas en las propias rodillas y en la pelvis, daño cerebral y ocular o la rotura de los pómulos o la mandíbula debido al impacto. También podemos provocarnos daños en la columna vertebral o el cuello como consecuencia de la fuerza de la colisión. Además, los airbags del pasajero suelen ir colocados en el salpicadero, lo que añade un mayor peligro si estos saltan durante un accidente.
Las malas posturas en el coche tienen multa
Llevar los pies colocados en el salpicadero del coche, además del peligro que supone para nuestra salud, también puede implicar una sanción. La multa por este tipo de conductas es de 100 euros sin pérdida de puntos. Cabe destacar que, en este caso, el conductor es quien debe responder de la denuncia, ya que es el encargado de hacer cumplir a los pasajeros con las medidas necesarias para una conducción segura.