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Redacción
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El uso de faros amarillos en el coche se remonta al año 36 en Francia. En esa época, el reglamento francés estableció como obligatoria la instalación de las luces antiniebla delanteras de este color. No obstante, este tipo de faros no solo eran habituales en las marcas galas, sino también en otros modelos, así que durante el siglo pasado era frecuente ver vehículos con estas luces. Sin embargo, hoy en día están prácticamente en desuso, ¿cuál es la razón?
La seguridad es el origen de los faros de coche amarillos
La decisión de establecer como obligatorias las luces amarillas venía motivada por los informes de la Academia de Ciencias Francesa. Según estos, este tipo de faros producían un menor deslumbramiento y, en los días de niebla, proporcionaban una mejor iluminación. Pero la verdadera pregunta es, ¿son realmente más seguros? La respuesta es sí, pero depende de las condiciones.
Estos coches circulaban con los faros de color “amarillo selectivo”, un tono más apagado y menos brillante. La explicación sencilla se basa en las ondas de color y en la percepción del ojo humano. Las ondas más cortas pertenecen a los tonos morados, y van aumentando de tamaño según cambia la tonalidad, azul, verde, amarilla, naranja, hasta llegar a las más largas, las rojas. Las ondas más largas son más fáciles de distinguir para el ojo humano, por lo tanto, las tonalidades amarillas son más visibles en carretera en condiciones de oscuridad o niebla.
Entonces, ¿por qué están desapareciendo?
La desaparición de los faros de coche amarillos se debe a un cambio de normativa a finales del siglo XX. En el año 93, Francia revocaba la obligatoriedad de llevarlos, motivada por las nuevas normativas comunitarias de la Unión Europea. Buscando la homogeneidad, en toda la Unión está prohibido llevar estos faros en el coche.
No obstante todavía se pueden ver algunas excepciones en carretera. En España, los coches que hayan sido matriculados por primera vez antes de 27 de julio de 1999 tienen permitido circular con faros amarillos. Sin embargo, según la normativa española, el resto de vehículos tienen prohibido circular con este tipo de luces. Los conductores que no cumplan con esta normativa no podrán superar la ITV y, en caso de ser parados, pueden enfrentarse a una sanción.
El hecho de que las luces amarillas se hayan prohibido, a pesar de ser más seguras, se debe al mal uso que algunos conductores hacen de ellas. Aunque proporcionan una mayor visibilidad en condiciones de lluvia, niebla o nieve, usarlas en otras circunstancias puede provocar deslumbramientos.
