Para los conductores, encontrar el sitio perfecto para aparcar siempre es una tarea ardua. Continuamente se debate sobre la eterna pregunta: aparcar en el primer sitio que vemos y caminar hasta nuestro destino, o buscar estacionamiento más cerca aún a riesgo de no encontrar.
Para dar respuesta a esta cuestión la ciencia siempre se pone a nuestra disposición. Varios investigadores han agrupado a los conductores en tres grupos en función sus actitudes a la hora de aparcar.
- El conductor manso. Este sujeto no se complica con la tarea de estacionar. Sin importar la distancia a su destino, aparca su vehículo en el primer sitio libre.
- El conductor prudente. Rechaza la primera oportunidad de estacionamiento, pero, bajo el convencimiento de que no encontrará otro sitio, aprovecha la segunda oportunidad que se le presente.
- El conductor optimista. Se convence de que siempre habrá un hueco libre al lado de su destino. También le incomoda la idea de estacionar su vehículo en un espacio y luego encontrar otro aún más cerca.
¿Cuáles son las conclusiones?
Según los autores del estudio, la actitud más ineficiente es la del conductor manso. Este malgasta demasiado tiempo en el camino desde el automóvil hasta su destino final.
Por lo tanto, ¿qué estrategia funciona mejor para encontrar el sitio perfecto para aparcar, la del conductor optimista o prudente? Para responder a esta pregunta los investigadores han establecido el “coste de estacionamiento”. Comparando ambas estrategias, definen el coste como la “distancia desde el lugar de estacionamiento hasta el objetivo más el tiempo perdido en la búsqueda de un lugar de estacionamiento”.
En conclusión, la estrategia prudente suele ser la menos costosa. Aunque este sujeto rechace la posibilidad de encontrar estacionamiento cerca del destino, el retroceso al que obliga la estrategia optimista supera el beneficio de tratar de estacionar más cerca del objetivo.
Sin embargo, la eficacia de una estrategia de estacionamiento también se puede juzgar bajo parámetros psicológicos. Cerca de un 89 % de las ocasiones un conductor prudente se enfada al estacionar lejos de su destino y, más tarde, descubrir que había un lugar más cerca disponible.