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Aunque pueda parecerlo, no es una broma. Acostumbrarse a abrir la puerta del coche “a la holandesa” es una práctica que puede salvar muchas vidas. Esta técnica no solo protege al propio conductor, sino también a los usuarios más vulnerables de la vía, como ciclistas, motoristas y peatones. ¿Quieres saber de qué se trata? ¡Entonces quédate con nosotros!

¿En qué consiste abrir el coche “a la holandesa”?

El método holandés para salir del coche consiste en el simple gesto de abrir la puerta del conductor con la mano derecha en lugar de con la izquierda. Esta técnica, también denominada dooring, va un paso más allá de la práctica de mirar los retrovisores antes de bajarse de un vehículo.

Aunque pueda parecer más incómodo, utilizar la mano derecha para abrir la puerta obliga al conductor a girar el tronco y el cuello. De esta forma, este dirige la vista hacia la vía, lo que le obliga a cerciorarse involuntariamente de que, efectivamente, su salida no obstaculiza a ningún otro usuario. Como mencionamos anteriormente, este hábito ayuda a proteger a ciclistas, motoristas y peatones, pero también a los ocupantes del coche, ya que permite comprobar que ningún otro vehículo pueda arrollarlos al apearse.

Abrir la puerta del coche a la holandesa es una práctica muy importante, no solo para el conductor de vehículo, sino también, y sobre todo, para el resto de pasajeros. Estos, al no disponer de espejos retrovisores para comprobar que no obstaculizan con su salida, deben habituarse, con mayor razón, a emplear esta técnica.

A la hora de apearse de un vehículo, la recomendación de la DGT es salir por el lado contrario a un carril por el que circulan otros usuarios. Sin embargo, cuando esta situación resulta imposible, el método holandés es la mejor forma, y más sencilla, de evitar riesgos.