Los interminables atascos en los que nos vemos involucrados en muchas ocasiones a lo largo de la semana, sobre todo en las horas punta de entrada y salida del trabajo, pueden ocasionar problemas en nuestros vehículos. Tanto si tienes un coche nuevo como un coche seminuevo te recomendamos no perder la paciencia y seguir nuestros consejos.
Siempre realiza movimientos suaves
En estos embotellamientos nuestra conducción se reduce, en la mayoría de los casos, a frenar, poner primera, segunda, volver a primera, volver a frenar y así sucesivamente. Los pedales que más acabamos utilizando son el freno y el embrague. Los expertos aseguran que en estos casos el embrague se utiliza lo mismo que en 1.000 km de conducción normal.
Consecuencias en el motor
Los motores también sufren con los atascos porque su sistema está pensado para estar en movimiento, que es el momento en el que pueden refrigerarse. Cuando el motor no está en marcha, eleva su temperatura y puede recalentarse demasiado. Una avería común en estos casos es el calentón. Una solución sencilla es encender la calefacción. El punto negativo es que solo lo podrás hacer en los meses de bajas temperaturas.
Aumento de la suciedad en el filtro de aire
Otra consecuencia de los atascos es que la contaminación del aire es mucho mayor. El filtro se ensucia mucho más y la mezcla del aire con el combustible empeora, lo que podría llegar a provocar una avería en el motor.
Aquí te dejamos algunos pequeños consejos para conducir durante un embotellamiento. Siempre viene bien saber cuáles son las partes del vehículo que se verían más afectadas, para actuar en consecuencia y evitar problemas. Lo ideal sería no verse sumido en un embotellamiento, pero esto, a veces, no depende de nosotros. Eso sí, aconsejamos, siempre que sea posible, evitar las horas puntas, ya que saliendo antes de casa o un poco más tarde del trabajo evitamos zonas de máxima afluencia en días festivos.