Tanto si está pensando en comprar un coche como si ya dispones de uno, debes tener en cuenta que la DGT podría reducir el límite de velocidad de 100km/h a 90 km/h en las carreteras convencionales (aquellas que no reúnen las características propias de las autopistas, autovías y vías rápidas) con arcén pavimentado de 1,50 metros de ancho con el propósito de mejorar la seguridad vial en nuestro país. Sin embargo, hay que dejar claro que esta nueva medida no será aplicable cuando las condiciones y el estado de dichos tramos sea óptimo.
El Director General de la DGT, Gregorio Serrano, ha comunicado que esta limitación es una contramedida, ya que “muchas veces no hay coherencia entre la velocidad y el tipo de vía”. Serrano atribuye el exceso de velocidad al hecho de que “si el ciudadano ve la vía en buenas condiciones no entiende una velocidad excesivamente baja, y al revés”.
Si bien la propuesta ha sido acogida con algo de escepticismo, las cifras hablan por sí mismas: España ha caído cuatro puestos entre los países europeos con menor siniestralidad en carreteras y se sitúa en el noveno puesto con una tasa de 40 muertes por cada millón de habitantes, uno más que el año 2016. Hay que destacar que el 90% de las red de carreteras españolas corresponde a carreteras convencionales, y que estas acumulan el 78% de los accidentes con víctimas mortales.
A pesar de que la medida todavía no se ha puesto en marcha y que llevarla a la práctica no será algo sencillo (debido a que los límites de velocidad están estipulados por ley), las reacciones no se han hecho esperar, y mientras que los fabricantes de coches han manifestado su preocupación por el repunte de la compra de coches de ocasión, considerándolo un factor más determinante que los excesos de velocidad, la asociación de víctimas culpa al Estado de no darle a la seguridad vial la prioridad que merece.