Es una de las averías que más pavor nos da a los conductores. Llegar al taller y que te digan: ¡hay que cambiar el embrague! Aunque no seamos expertos en mecánica, todos sabemos que un embrague gastado es una de las averías más caras de un coche usado.
Debemos tener en cuenta, que no hay que tomarlo como una avería en sí misma si se hace un buen uso del coche. De esta manera, ayudaremos a prolongar la vida útil de nuestro embrague y con suerte no provocaremos una reparación mayor.
En los coches nuevos no hay problema, las garantías cubren este tipo de averías que no deberían suceder, pero si compramos un coche de segunda mano o el nuestro ya tiene más de 200.000 km, tenemos que revisar el estado del embrague.
Consejos para aumentar la vida útil de tu embrague
Ya te comentamos la importancia de cuidar tu embrague para que no se marchite, pero te vamos a sintetizar algunas de las claves para posponer la visita al taller:
1-En parada, punto muerto
Olvídate del embrague ni de esperar como si estuvieras en la línea de salida de la F1 con la marcha puesta. Sólo consigues desgastar el embrague en un momento en el que no lo necesitas para nada. Punto muerto y freno hasta que el semáforo se ponga en verde.
2-No dejes el pie en el embrague
Es un hábito común y un vicio que puede desgastar el embrague. Si vas conduciendo por carretera no debes mantener la presión constante sobre el embrague. Quita el pie del embrague y déjalo en el reposapiés.
3-Para cambiar de marcha, pisa a fondo el embrague
¡A todos nos ha pasado! Oír ese sonido chirriante al cambiar de marcha, no hemos pisado a fondo el embrague y el ruido es la marcha que no entra. Este simple gesto tiene una terrible repercusión y es una de los problemas más asociados a un embrague gastado. Por no decir, que podemos cargarnos el cambio de marchas.
Señales que indican que el embrague está gastado
Poder identificar un embrague gastado o un fallo en el mecanismo puede salvarnos la vida. El embrague está formado por discos que ejercen o liberan presión para permitir el cambio de marchas y la transmisión de la potencia a las ruedas.
Circular con el embrague gastado o dañado además de provocar una avería mayor tanto en el motor como en la caja de cambios, puede costarnos la vida en un accidente de tráfico.
Si identificas cualquiera de estas señales, debes acudir urgentemente a un taller:
1-Piso a fondo el embrague y patina
En marchas largas como la 4ª o la 5ª se nota mejor. La aceleración y las revoluciones no son proporcionales y el coche da un pequeño tirón. El disco de fricción del embrague patina con respecto al volante del motor.
Si tienes un coche semi nuevo, puede que lo que tengas sea una fuga de aceite y el embrague no esté gastado.
2-El pedal está duro
Notaremos casi lo contrario. El pedal no hace el recorrido de costumbre y no llegamos al fondo. Este problema puede estar asociado a un fallo hidráulico pero también puede ser un desgate o rotura del cable del embrague. Sustituir este cable es una de las averías más baratas en lo que a embrague se refiere.
3-Huele a quemado
El olor a quemado es una señal evidente de un fallo mecánico que puede ser grave. El embrague son discos que funcionan por fricción, si se desgastan, como ocurre con las pastillas del freno, estaremos desgastando los componentes del sistema de embrague.
En cualquier caso, es fundamental que ante cualquiera de estas señales acudas lo antes posible a un taller. Conducir en estas condiciones puede provocar una avería mayor y más costosa además de poner en riesgo tu vida y la de los demás.
Revisa el estado de tu embrague de forma periódica ¡Te ahorrarás dinero y dolores de cabeza!