¿Estás interesado en un coche de segunda mano? A continuación te damos consejos sobre cómo elegir el tipo de coche o qué elementos debes comprobar para garantizar su buen estado para que no te arrepientas de tu compra. Adquirir un coche es una decisión que no se toma a la ligera, ya que implica una elevada inversión de dinero. Por ello, el mercado de los coches de segunda mano está en alza, ya que puedes encontrar coches igualmente buenos y a un precio más asequible.
A continuación, te damos consejos básicos sobre qué tener en cuenta a la hora de comprar un coche de segunda mano:
Antes de elegir el coche
No siempre podremos elegir el coche que más nos guste porque incluso siendo de segunda mano puede estar fuera de nuestro alcance económico. Por ello, antes de elegir el modelo y analizar los servicios que ofrece, debemos fijar un presupuesto máximo. Es decir, establecer cuál será la cantidad que nos podemos permitir gastar. Si tienes un presupuesto bajo, deberás buscar coches más antiguos. No obstante, lo importante es establecer un límite y no sobrepasarlo.
Además de establecer un límite presupuestario, también es importante elegir el coche en función de las necesidades a medio plazo, no a corto plazo. Se estima que cada persona cambia de coche cada 5-8 años, por tanto, no sirve de nada elegir un vehículo en base a las necesidades actuales y que en un plazo de un año ya no nos sirva. Relacionado con ello, a pesar de que las berlinas son los vehículos que más se deprecian y que, por tanto, puedes adquirir una por un precio muy inferior al de una nueva, no es una razón suficiente adquirir un vehículo simplemente porque le han hecho una buena rebaja si no se adapta a tus necesidades reales.
Una vez elegido el coche
Una vez elegido un coche en el que estás interesado, habrá que verificar cual es su estado. Para ello, debemos prestar atención a tres elementos:
1- Los papeles del coche: debemos comprobar que el coche no tenga impuestos sin pagar, que no pertenezca a alguna entidad, que tenga la documentación al día y que se lleve un registro de las revisiones y reparaciones llevadas a cabo.
2- Revisar el aspecto interior y exterior del coche: debemos prestar atención a roces y golpes que ya tenga el coche, a diferencias de color a lo largo de su estructura, asimetrías, revisar debajo de las alfombrillas, que los asientos no tengan holguras, que los cinturones funcionen bien, y no te olvides de revisar el maletero en busca de golpes.
3- Comprobar la mecánica del coche. Aquí hay que diferenciar entre los aspectos que se deben comprobar en parado y aquellos que se deben comprobar en marcha.
Con el coche parado se debe verificar que funcionan todos los accesorios (elevalunas, faros, limpiaparabrisas, lavafaros, climatizador, radio, antena automática), el desgaste de los neumáticos, fugas de aceite y el desgaste de los discos de frenos.
Con el coche en marcha, se debe comprobar que no se vaya hacia los lados al frenar, que no de tirones al arrancar y que la dirección funcione correctamente sin emitir ruidos extraños. Por último, revisa que el coche no eche humo anormal por el tubo de escape o que huela raro.
Una vez que hayamos finalizado las revisiones y comprobado que todo va bien, se procede a negociar el precio y a cerrar el trato. Es importante revisar las condiciones de venta y la garantía, que por ley es de un año, independientemente de los años que tenga el coche. Bajarte el precio del vehículo a cambio de no darte la garantía es ilegal.