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Pese a que en su momento Volkswagen contaba con un gran número de proveedores de piezas para sus automóviles, a medida que estos se han ido convirtiendo en clásicos estas empresas han ido abandonando la producción de estos componentes, bien porque cerraban, porque cambiaban de especialización o sencillamente porque se demandaban tan poco que dejó de ser rentable para ellos. Esto se convierte en un problema para una marca que se enorgullece de sus coches clásicos y de una fiel legión de seguidores de los mismos, de ahí que surja el plan piezas clásicas de Volkswagen.

Hasta ahora eso significaba tener un amplio equipo buscando las piezas y restaurándolas hasta que prácticamente volvían a ser nuevas, pero ahora tienen un nuevo plan, la tecnología 3D. Por ahora está en período de pruebas, pero se ha puesto en marcha un programa cuya pieza piloto será un adaptador del Volkswagen Corrado. El departamento de Desarrollo y Planificación Tecnológica en Volkswagen AG ha elegido esta pequeñísima pieza, del tamaño de una moneda de céntimo, que, sin embargo, no está exenta de retos a la hora de “imprimirla” en 3D.

Para la compañía alemana esta no es la primera vez que se deciden a utilizar esta tecnología revolucionaria en la creación de diversas partes de sus vehículos, y de hecho ha sido considerada como una idea revolucionaria en la producción de ciertos componentes especialmente si hablamos de pequeñas cantidades y, sobre todo, piezas que no afecten a la seguridad del vehículo. Hasta ahora, sin embargo, se había restringido su uso a un nivel más interno, para centrarlo en aspectos como la fabricación de prototipos para la propia marca, de exhibición o similares que no iban a salir a la carretera, e incluso a ciertos tipos de equipamiento. Habrá que esperar para ver si la tecnología funciona como los técnicos de Volkswagen esperan y si estamos a las puertas de una nueva idea revolucionaria de la marca alemana.