Probar la seguridad de los vehículos antes de que salgan al mercado no es algo reciente; se ha hecho desde que empezaron a producirse los coches de forma masiva. Gracias a ello, nuestras garantías como conductores en el momento de comprar coche –ya sea uno recién estrenado o sea un coche ocasión barato– no han parado de aumentar. Pero estas pruebas no siempre se han hecho de la misma forma y en las mismas condiciones. Veamos cómo han evolucionado los sistemas de seguridad y las correspondientes pruebas.
Uno de los principales cambios que han experimentado los coches en los últimos años tiene que ver con la inclusión de los cinturones de seguridad que a día de hoy son obligatorios por ley. ¿Sabes cómo se hacían las pruebas de los cinturones hace años? ¡Con un huevo! Estos fueron los primeros dummies, que no aparecieron como tales hasta el año 1971. Actualmente se diseñan incluso en tamaño infantil para probar los sistemas de retención para los niños. Pero lo más sorprendente -y también más escalofriante- es que hubo una época en la que se utilizaban para las pruebas los cadáveres de personas e incluso de animales.
Aunque no lo parezca, los parabrisas también funcionan como un sistema de seguridad. En los vehículos antiguos podían suponer un peligro para los conductores al fracturarse pero los de hoy en día son a prueba de golpes y funcionan manteniendo al conductor seguro dentro del habitáculo. Al mismo tiempo sirven para reforzar el techo y evitar el colapso de la parte superior del vehículo.
Las zonas de deformación son secciones del automóvil que actúan como amortiguadores gigantes y reducen la fuerza transmitida a través del automóvil hacia los pasajeros. En las pruebas de choque antiguas era muy impactante ver cómo se producían los choques frontales ya que era el interior el que absorbía toda la fuerza del impacto. En los vehículos actuales estas columnas están estratégicamente situadas para deformarse en el momento del choque y reducir la fuerza de la colisión.
Algo similar ocurre con las columnas de dirección. En los coches antiguos las columnas estaban hechas para que no se rompiesen durante el impacto. Pero ocurría que cuando se utilizaban los muñecos en las pruebas de choque éstos mostraban un daño significativo en la cavidad torácica debido al impacto de la columna de dirección. Hoy en día no solo vienen equipadas con airbags sino que están diseñadas para romperse en caso de que haya una colisión y de esta manera proteger el corazón, el pecho y los pulmones de los ocupantes. Son las columnas las que absorben el impacto en vez de transferirlo al ocupante.
Que las pruebas de choque hayan ido perfeccionándose cada vez más es una consecuencia directa de que la seguridad se haya ido convirtiendo con el paso de los años en un aspecto primordial en vehículos de cualquier marca.