El invierno ha llegado y con las bajas temperaturas nuestros coches sufren cuando pasan mucho tiempo a la intemperie. Tanto si tienes uno nuevo como si has optado por comprar coche ocasión, inevitablemente el frío afecta a su estado de conservación y las gomas, las cubiertas, la batería y los líquidos se resienten. Pero ¿qué pasa con el motor? Más de una vez habrás escuchado que para mantener la salud del motor hay que poner el coche en marcha unos minutos antes de empezar a rodar. Te contamos que hay de cierto en ello.
Hace años, cuando los motores dependían de los carburadores, era necesario encenderlo unos minutos antes de iniciar el recorrido para que el aceite lubricara correctamente todas las piezas. La incorporación de tecnologías como los inyectores, los sensores y los aceites sintéticos hacen que los motores ya no necesiten ser calentados a ralentí.
Los carburadores no eran capaces de ajustar, en función de la temperatura, la relación aire-combustible que aspira el motor, así que la combustión podía fallar y el coche podía calarse si le exigías fuerza cuando estaba frío. Hoy en día, la inyección electrónica de combustible proporciona a los cilindros la mezcla exacta de aire y combustible para generar la combustión.
Si calentamos el coche lo que hacemos es tardar más en arrancar y malgastar combustible. El ralentí gasta entre 0,5 y 0,7 litros por hora, lo cual no es poco. Si tu vehículo consume 6,5 litros cada 100 kilómetros, con medio litro habrías podido recorrer casi ocho kilómetros.
Pero el consumo no es la única razón por la que deberías olvidarte de calentar tu coche al ralentí en invierno. Esta práctica produce también un mayor desgaste en los cilindros y dejar tu coche encendido y parado durante mucho tiempo en un día frío contamina el aceite con combustible. Todo ese rato en marcha puede hacer que la gasolina cruda se filtre en el aceite y éste pierda sus propiedades de lubricación. Lo que, en definitiva, aumenta el desgaste del motor.
La sabiduría popular nos hizo creer que esperar a que el coche se caliente reduce el desgaste del motor, pero ya vemos que en realidad ocurre todo lo contrario. Lo que sí es recomendable en cualquier caso, no solo en los días fríos, es no revolucionar mucho el motor en los primeros kilómetros de recorrido.