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Los coches diésel han sido durante muchos años la primera opción al comprar coche, las ayudas gubernamentales ante sus menores emisiones y la apuesta de las marcas por esta tecnología los había encumbrado, sin embargo, ahora su supremacía está terminando. Cada vez se venden menos coches diésel y algunas marcas, como Volvo, han dejado de desarrollarlos. Esto nos lleva hacia un futuro en el que los coches de gasoil probablemente no tengan su sitio ¿cuáles son las razones?

Las marcas realizan grandes inversiones en I+D para desarrollar coches que emitan cada vez menos, sin embargo, las administraciones continúan exigiendo más en este aspecto. Para algunas marcas, cumplir los estándares resulta realmente caro y eso se refleja en el precio final de sus coches. Ante la gran oferta de vehículos y de motores con todo tipo de propulsiones, los clientes buscan la alternativa que mejor se adapte a sus gustos y bolsillos, si el diésel se encarece optarán por otra tecnología. Además, los coches de energías alternativas se encuentran subvencionados por el Estado.

En 2016 el 49,8% de turismos vendidos eran diésel, en el primer trimestre de este año ya son el 47%, esta caída viene de lejos, pues en 2012 el 55% de las matriculaciones eran copadas por esta tecnología. Es previsible que la caída continúe ya que las exigencias a nivel de emisiones seguirán aumentando e incluso algunas ciudades, como Madrid, prevén prohibir este tipo de coches en 2025. Como ves, nuestro parque automovilístico está evolucionando y puede que de cara al futuro muchas marcas opten por el plan B: coches eléctricos, híbridos o propulsados a gas, que, aunque muy poco a poco, van ganando cuota de mercado.

¿Cuál crees que es el futuro del diésel? ¿Optarán las marcas por centrarse en las demás tecnologías? Y de ser así ¿bajarán entonces los precios de los coches cero emisiones? Tendremos que dejar que el transcurso del tiempo nos responda a las preguntas.