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Cada vez prestamos más atención al color de la carrocería a la hora de comprar coche. La decisión de compra se basa fundamentalmente en aspectos económicos y racionales pero también hay un fuerte componente emocional. Cuando eliges comprar un coche rojo, quieras o no, estás revelando algunos datos sobre tu personalidad. En concreto, cuando hablamos del color de la pasión, existen muchas creencias populares que las investigaciones han demostrado correctas en unos casos e incorrectas en otros.

Aproximadamente el 8 % de los vehículos que se venden a nivel mundial son de color carmesí y en Europa este porcentaje asciende hasta el 27 %. De ellos la mayor parte son coches pequeños y utilitarios. Aun así, estos datos varían según la época, no podemos olvidar que el color es un atributo estético y está relacionado directamente con las modas. Los coches rojos vivieron su momento de esplendor en los años 70-80.

El rojo es un color muy usado en los coches juveniles y de gama deportiva y está fuertemente ligado con el amor y la pasión. Se asocia a sentimientos como el coraje o la valentía y a su vez está asociado al peligro, al dolor y a la agresividad.

En el caso de los coches, hay una creencia extendida de que el rojo es un color relacionado con una actitud agresiva por parte del conductor. Sin embargo, son varios los estudios científicos que demuestran que el comportamiento del conductor no está directamente influenciado por el color del coche. El rojo no tiene un impacto específico en la seguridad vial y no provoca ni una mayor sensación de riesgo ni una respuesta más rápida o impulsiva ante el peligro. Por tanto, la vieja creencia de que las compañías cobran más por asegurar un coche rojo ni es una práctica habitual ni tiene ningún rigor científico.

Si nos adentramos en el mundo de la publicidad nos encontramos con estudios de marketing que coinciden en señalar que el color rojo, junto con el gris son los colores más utilizados en los anuncios para promocionar coches ya que son visualmente más atractivos para el consumidor. Sin embargo, a la hora de la verdad, se demuestra que los más eficaces en el momento de cerrar ventas son el azul y el verde.

Las estadísticas nos ofrecen otras afirmaciones que hablan de los distintos perfiles de conductores y su relación con el color del coche. Los conductores de entre 35 y 40 años que optan por los coches blancos representan un perfil adecuado para ocupar cargos de responsabilidad, mientras que si se decantan por el negro suelen ser personas perspicaces y abiertas a nuevas experiencias. Por otro lado, los propietarios de vehículos azules suelen rondar los 45 años y son creativos mientras que los de los automóviles verdes tienden a ser materialistas.

A día de hoy la tendencia viene marcada por la máxima personalización posible. Los conductores queremos diferenciar nuestro coche de los demás y por eso las marcas ofrecen modelos que permiten cada vez más posibilidades de combinación de colores  tanto en el interior como en el exterior. Ganan protagonismo los vinilos y las carrocerías bitono.