La proliferación de radares en nuestras carreteras y el endurecimiento de las sanciones por exceso de velocidad han traído consigo la aparición de diferentes métodos – algunos de lo más variopintos – con los que los conductores intentan desafiarlos y escapar de las multas. Pero… ¿estos métodos funcionan realmente? Veamos hasta qué punto son efectivos algunos de los “trucos” más populares:
Doblar la matrícula, taparla o tenerla en mal estado. El objetivo es que las cámaras de los radares no capten correctamente la matrícula del coche. Es evidente que si no se puede identificar un vehículo no se puede multar pero debes tener en cuenta que según el código de circulación “llevar placas de matrícula que presentan obstáculos que impidan o dificulten su lectura e identificación” supone una infracción grave sancionada con 200 euros. Por ello es recomendable, si vas a comprar coche de segunda mano, que compruebes siempre que las placas no estén excesivamente deterioradas.
Echar laca en la matrícula. Se trata de aplicar laca de pelo sobre la matrícula con el objetivo de que haga brillo en los números y el flash del radar no consiga grabarlos. El truco es muy barato pero, para desilusión de muchos, no funciona. Tampoco consiguen el efecto pretendido los sprays específicos que venden para este fin; la matrícula se vuelve más brillante pero no hasta el punto de deslumbrar a los radares.
Colocar un CD en la matrícula. Este método es similar al de la laca y el efecto es igualmente ineficaz. Consiste en colocar un CD en la bandeja trasera del coche o cerca de la matrícula para intentar deslumbrar a la cámara y que la fotografía no se realice correctamente. Que nadie se engañe: no funciona.
NoPhoto. Estamos ante un método mucho más sofisticado que los anteriores con unos porcentajes de efectividad más altos y con un coste también más elevado (entre los 200 y los 300 euros). El sistema se inventó en norteamérica e integra un par de flashes en el porta-matrículas. Un sensor detecta el disparo de la cámara del radar y en ese momento lanza un destello de luz para evitar que la fotografía sea válida. El problema es que en la práctica la sincronización no se produce siempre, por lo que su efectividad no es 100% segura.
Los números invisibles. Este es un invento ruso y consiste básicamente en unas pegatinas negras que se colocan sobre la matrícula para que los radares no puedan leer los números. En principio, son bastante efectivas ya que el adhesivo es inapreciable para las cámaras pero en ocasiones no impide la lectura de la matrícula por parte de los radares.
Inhibidores de radar. La efectividad es prácticamente del 100%. Captan las ondas de los cinemómetros y emiten una señal de mayor frecuencia que las bloquea. La desventaja es que el coste de su compra e instalación ronda los 1.000 euros a los que hay que añadir otros 6.000 en el caso de que te descubran. La sanción económica va acompañada de la pérdida de 6 puntos de carné. Al final, el coste de llevarlo puede superar con creces el de las propias multas por exceso de velocidad.
A la vista de la poca efectividad de estos inventos y de lo caro que puede salir “engañar” a los radares, podemos afirmar que tan sólo existe un método 100% efectivo y contrastado para evitar la multa de un radar: conducir respetando en todo momento los límites de velocidad.