A menudo un mal desgaste de los componentes de tu coche puede provocar vibraciones en la conducción. Antes de pensar en comprar coche, podemos acudir a nuestro taller para comprobar si las vibraciones que sentimos son consecuencia del desgaste de los componentes del vehículo. ¿Quieres saber cuáles son los elementos que pueden producir las vibraciones?
Los neumáticos son de las piezas más importantes de nuestro coche y pueden ser los culpables de las vibraciones en nuestro volante. Si los neumáticos sufren deformaciones, como bultos en los laterales, esto puede hacer que nuestro coche comience a vibrar al rodar rápido. Otra de las causas de este malestar se debe a los neumáticos desequilibrados, ya sea por la deformación de la llanta o por algún problema de contrapesos. En este caso las vibraciones también aumentarán conforme subamos la velocidad ¿crees que revisas lo suficiente tus neumáticos?
Los amortiguadores son otro de los causantes principales de las vibraciones. Una amortiguación dañada hará que nuestro coche rebote demasiado al superar irregularidades y nuestro volante no pare de vibrar. Para evitar estos problemas siempre debemos comprobar el estado de los amortiguadores y no superar los 80.000 kilómetros antes de sustituirlos.
Los discos de freno también pueden ser los culpables de las vibraciones de nuestro coche. La deformación de los discos delanteros produce que frenando a más de 80 km/h nuestra dirección no pare de vibrar. El desgaste de los discos puede tener distintas causas: como el sobrecalentamiento o el parar nuestro coche antes de que los frenos se hayan refrigerado adecuadamente. Para mantener los discos siempre en buenas condiciones debemos rodar a ritmos tranquilos y no usar los frenos durante unos minutos antes de parar el coche ¿haces esto normalmente?
Conociendo de donde pueden llegar las vibraciones de tu volante será más fácil solucionarlas. Recuerda que revisar frecuentemente tu coche puede ser vital para evitar inconvenientes como los ruidos o las vibraciones cuando circulamos.