¿Estas vacaciones has optado por llevarte el hotel a cuestas y viajar en caravana? Si este es tu caso, lee atentamente y apúntate estos consejos para tener una experiencia inolvidable. ¡Vamos allá!
Comprueba que los papeles están en regla. Parece algo muy básico pero mucha gente se olvida de que, al fin y al cabo, una caravana no deja de ser un vehículo. Es necesario que te asegures de que la documentación se encuentra al día: el pago del impuesto de circulación, el recibo del seguro, la ITV pasada y la tarjeta con las características técnicas. No te olvides de comprobar que llevas los triángulos de emergencia, los chalecos reflectantes y las herramientas por si sufres un pinchazo.
Revisa el estado de la caravana. Antes de ponerte en marcha échale un vistazo al estado de tu caravana. Comprueba los líquidos, los neumáticos, los frenos y el sistema de alumbrado.
Asegúrate de que puedes conducirla. ¿Cómo puedes saber si tienes el permiso necesario? Si el peso del remolque es inferior a 750 kg, no tendrás problema. Si entre el coche y el remolque pesan entre 750 y 4.250 kg necesitarás el permiso B96 y en el caso de que sumen entre 4.250 y 7.000 kg el B+E.
Planifica la ruta. Es muy importante que antes de empezar tu viaje tengas claro el camino a seguir. Esto no quiere decir que llegado el momento no puedas desviarte y dejarte llevar por tu espíritu aventurero. Pero ten especial cuidado si vas a salir de España: revisa las normas de circulación de los otros países, los peajes, dónde podrás repostar y donde podrás estacionar legalmente para echar una cabezadita.
En el equipaje, menos es más. Recuerda que la caravana no es un hotel. Procura llevar el menor equipaje posible y ropa cómoda teniendo en cuenta las horas que pasarás en el habitáculo del vehículo. Por el contrario, a la hora de llevar botellas de agua ¡no te cortes! El agua es indispensable tanto para la caravana como para sus ocupantes.
Échale un vistazo a tu coche. No centres toda tu atención en la caravana, el problema podría estar en tu coche. Asegúrate de que tu vehículo sea apto para transportar una caravana -tendrás que comprobarlo en la ficha técnica-. A la hora de ponerte al volante recuerda que llevas mucho peso detrás, reduce la velocidad, guarda una mayor distancia de seguridad y adelántate a las reacciones del conjunto que conduces.