¿Sientes pánico al ponerte al volante de un coche? ¿Conduces pero te pones muy nervioso? ¿Eres incapaz de hacerlo? Pues no estás solo, le ocurre a un 7% de los españoles, tienes amaxofobia.
Te sacaste el carnet de conducir pero jamás has vuelto a coger un coche desde la autoescuela ¿te sientes identificado? Si es así lo tuyo es amaxofobia paralizante, pero hay otro tipo de amaxofobia, la que afecta a aquellos que conducen pero que solamente lo hacen dependiendo del tipo de vía y de las condiciones climatológicas, se llama amaxofobia relativa. En la relativa, la situación de tener que conducir produce nervios y desagrado y por eso prefiere evitarse en determinadas circunstancias.
Un amaxofóbico sufre ataques de ansiedad, estrés o sudoración al ponerse al volante, pero este problema incluso puede manifestarse a través de taquicardias, dolor de cabeza o de estómago, vértigo, lloros o agarrotamientos musculares.
Pero ¿por qué sucede esto? Pues las causas más frecuentes son:
- El poco uso del coche tras quitar el carnet y por lo tanto la generación progresiva de miedo a enfrentarse al tráfico, que se agranda cada vez más
- Los sucesos negativos en la vida como una depresión, un despido, que provocan una situación de estrés continua y que terminan reflejándose en ansiedad al conducir, que puede permanecer incluso tras superar el problema
- Los sucesos traumáticos, como accidentes, que provocan miedo y agonía ante la posibilidad de que puedan repetirse. Es muy frecuente que, sobre todo si se da una situación parecida a la del trauma, este tipo de amaxofóbicos sufran bloqueos o ataques de nervios.
Si tienes amaxofobia pero quieres o necesitas conducir, no desesperes, es perfectamente curable, el 95% de las personas que la sufren la han superado. Existen cursos especializados y profesionales preparados para enfrentarse a este problema y ayudarte a recuperar la seguridad en ti mismo y en tu coche.