¿Quién no recuerda las largas e interminables carreteras norteamericanas de las películas dónde parecía que no había ni un ápice de vida en cientos de kilómetros?
Todo cinéfilo sabe que las carreteras han dado muy buen cine y han sido la razón por la que nace, principalmente en el cine americano, un género cinematográfico conocido como ‘road movie’. Si nunca has escuchado este término, estamos hablando de las películas cuya historia se desarrolla en el transcurso de un viaje en carretera.
El diablo sobre ruedas (Duel), es un magnífico ejemplo de lo que es una road movie. Película dirigida por Steven Spielberg en 1971, originalmente destinada para televisión, pero por su éxito se llegó a distribuir posteriormente en salas comerciales.
El argumento de la película es bien sencillo: un tipo aparentemente normal e inofensivo que viaja por carretera empieza a ser acosado y perseguido sin tregua por un camionero, que intenta una y otra vez que tengan un serio accidente.
David Mann, es un agente comercial que va a una reunión de negocios en otra ciudad en su coche, un Plymouth Valiant rojo. En un determinado momento de su viaje por las interminables carreteras norteamericanas de rectas eternas se encuentra con un viejo camión, un Peterbilt 281 de 1955. Mann lleva el tiempo justo pero no le gusta correr y es cuando decide adelantar al molesto trasto que va delante de él para poder seguir su camino a su ritmo tranquilamente. A partir de aquí, el camión comienza una dura y angustiosa persecución que llevará a David a luchar físicamente y psicológicamente contra su repentino enemigo sin más armas que su coche.
Spielberg no utiliza efectos especiales pero domina con gran habilidad los mecanismos visuales para despertar en el espectador un estado permanente de angustia e intriga durante el desarrollo de toda la acción. Tal es el grado de perfección conseguido por el realizador planificando su película que convierte al camión en un auténtico objeto con casi rostro de humano , porque el realizador jamás nos muestra la cara del conductor.
Formalmente es más una película de suspense que de terror, aunque perfectamente puede ser calificada como tal. Se dan al espectador las respuestas “el camionero quiere matar al protagonista” para que nosotros nos hagamos las preguntas: “¿por qué?”, “¿quién es?”, “¿se conocen?”, “¿es una venganza?”, “¿qué sucede aquí?”.
Eso sí, al final de la película, las preguntas… ¿serán respondidas? Para adivinarlo tendréis que ver este mítico y maravilloso road movie de Spielberg.
Mucha gente opina que ven en esta película los recursos narrativos y cinematográficos que Spielberg utilizaría un par de años después la película de Tiburón (1975). Hay quien bromea que si cambias el camión por un tiburón tienes la misma película.