Redacción
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El Bulli está de cumpleaños. Ya son 65 los años que han pasado desde que el primer Volkswagen Bulli saliera de Wolfsburg. Un modelo a estas alturas de culto absoluto.
¿Cómo empezó todo?
Con un boceto a lápiz por parte del importador de vehículos holandés Ben Pon. Vió un vehículo de plataforma plana en la planta de Volkswagen y tomándolo como idea esbozó los contornos de un Transporter con ADN de Beetle en su libreta. Desde aquellos bocetos iniciales se han sucedido ya cinco generaciones hasta la actual T5 pero siempre conservando su esencia fresca y radiante.
Si por algo destaca la furgoneta Bulli es porque se aleja del concepto de “furgoneta de trabajo”. Vacaciones, tablas de surf, amigos…y en pocos años se convirtió en todo un símbolo de la libertad.
La T1 se desarrollaba sobre un chasis monocasco de escalera que montaba los ejes del Beetle original y al que se incorporó un pequeño motor de 1.1 litros que desarrollaba solo 24 CV. En sus inicios era capaz de transportar hasta 8 personas con las filas de asientos traseros desmontables que permitían liberar espacio con facilidad y el motor y la transmisión situados en posición trasera para ganar espacio. Recibió el nombre de “Microbus” en Norteamérica pero todos la recordamos con el nombre de “Bulli”.
La producción se inició en marzo de 1950 de donde salían 10 coches al día de la fábrica de Wolfsburg. A finales de los 50 ya se habían fabricado 8.001 unidades. La demanda era enorme debido al precio de partida que era asequible para los comerciantes y negocios minoristas. Cuatro años después salía de producción la Transporter Bulli número 100.000 y por aquel entonces ya había más de 30 versiones distintas del vehículo.
Pero la Transporter necesita más espacio y en 1955 comienza la producción de la nueva planta que se termina en apenas un año. A día de hoy se han producido a nivel mundial cerca de 11 millones de vehículos de la gama T a lo largo de 5 generaciones de este modelo.
