Evitar las estafas de los talleres de coche es fácil, pero si sabes cómo. Estas son, por desgracia, cada vez más frecuentes. Algunas sobresalen más que otras y se repiten con mayor asiduidad, como la estafa al seguro.
Es una de las más habituales, seguramente por que se benefician tanto el propietario como el taller al acordar una reparación que no se corresponde con la dictada por el perito y la que el taller repara o cambia piezas que no están indicadas por el seguro.
El fraude de los desperfectos multiplicadores es otra de las estafas más comunes. El usuario deja su coche en el taller para reparar un golpe, cubierto por el seguro, y el taller –antes de que el perito vea el coche- daña el automóvil para aumentar los costes de la reparación, y así, aumentar también el importe a facturar.
El timo de las averías inexistentes es otra de las prácticas usadas por algunos talleres: una vez firmado y aceptado el presupuesto e iniciado las pertinentes reparaciones, el taller “detecta” –falsamente- una nueva avería, por lo que se pone en contacto con el cliente para informarle de la necesidad de realizar esa reparación.
Hay algunas pautas que, pese a no librarte al 100% de estas o otras estafas, pueden ayudar a evitar que no jueguen ni con tu tiempo, ni con tu coche y sobre todo, con tu dinero:
1. Legalidad ante todo
Los talleres deben estar correctamente señalizados con una placa que identifique la especialidad del mismo (operaciones de chapa, reparaciones de mecánica, averías eléctricas…) así como su número de registro y las siglas de la Comunidad Autónoma al que pertenece.
2. El precio sí importa
Antes de aceptar ninguna reparación, consulta el precio de la mano de obra y de los servicios que se realizarán. Quizá desconozcas lo que es barato o caro en este apartado, así que recuerda, un taller si cobra sobre 30 euros la hora es bastante económico, mientras que si supera los 75 se considera un taller excesivamente caro.
3. La importancia del presupuesto
Es importante pedir el presupuesto, siempre por escrito, y en el que se detalle el coste de cada una de las piezas a utilizar. Además de este modo te aseguras que los mecánicos no manipulen ninguna de las piezas ni elementos que no figuren en el presupuesto.
4.- Solicita siempre las piezas dañadas
Como consumidor tienes el derecho de llevarte las piezas deterioradas que hayan sustituido, lo que te asegura que se haya efectuado la reparación e incluso confirmar por tu cuenta (acudiendo a un perito, por ejemplo) el verdadero estado de la misma.
5.- Que no te pongan piezas usadas… si tú no quieres
Cada vez es más habitual que los talleres instalen piezas de segunda mano y se las cobren al cliente como si fueran nuevas. Puedes exigir, de hecho tienes el derecho y desde aquí te decimos casi la “obligación” de hacerlo, de que te enseñen el embalaje de la nueva pieza y el repuesto retirado.
6.- No olvides el resguardo de depósito
Cuando dejes el coche en el taller para la reparación, es muy importante que te lleves un resguardo de depósito. El presupuesto (si está bien identificado y con todos los elementos que debería incluir) valdría sin ningún tipo de problema. Se trata de un documento clave para cualquier gestión y un aval legal que te evitará algún que otro susto en el caso de no poder acceder o recoger el vehículo.