Conducir y beber alcohol es una mala combinación. Ya no solo porque pones en riesgo tu seguridad y tu salud sino que también la Ley condena el consumo de alcohol al volante y en función de la cantidad ingerida, lo penaliza como infracción o delito.
El alcohol es uno de los factores que con mayor asiduidad se ve implicado en accidentes de tráfico. En el 2014, el 39% de los conductores fallecidos en accidentes de tráfico habían consumido alcohol o drogas.
¿Cuándo das positivo?
El Reglamento General de Circulación estipula que no se puede conducir cuando la tasa de alcohol en sangre sea superior a 0,5 gramos por litro o de alcohol en aire espirado superior a 0,25 miligramos por litro. Las cifras están muy bien pero ¿cómo se traduce en bebida? Imagina un hombre de unos 70 kilos. Con apenas dos cervezas o una copa y media de vino bastará para dar positivo en un control de alcoholemia. Para una mujer de 60 kilos de peso bastará con una cerveza. La multa entonces será de 500€ y la consecuente pérdida de 4 puntos del carnet.
¿Delito o infracción?
Los 0,60 mg/l marcan el límite entre infracción y delito. Superada esa cantidad puedes enfrentarte a penas entre los tres y seis meses de cárcel o multa de 6 a 12 meses.
Además negarse a realizar la prueba de alcoholemia también se considera delito. Puede conllevar penas de entre 6 y 12 meses de prisión y prohibición del derecho de conducir entre 1 y 4 años.
¿Lo mejor? Si bebes alcohol, no conduzcas. ¡Toma nota!