El futuro parece ser presente. Al menos, si atendemos a que los coches autónomos de Google van a estar antes de lo esperado circulando por las carreteras. Así lo ha asegurado el máximo responsable del proyecto, Chris Urmson, que ha declarado que los vehículos empezarán su período de pruebas durante los próximos meses, concretamente, a lo largo de este verano.
El vehículo será un prototipo sucesor del Lexus RX450h, el primer coche autónomo que conocemos hasta el momento, y del que mantendrá el mismo software. El modelo presentado, cuya estética recuerda a la mítica furgoneta Volkswagen Kombi -popularizada por el movimiento hippy- o a un Smart (Mercedes), tiene un motor eléctrico -ecológico- y dispone de dos asientos.
Hasta ahora, los prototipos que Google tiene en circulación sólo han sufrido un accidente y sucedió mientras el conductor tenía el control manual del vehículo. El miedo a las repercusiones de un accidente con un coche autónomo es la principal preocupación, por lo que la seguridad será un aspecto primordial y la velocidad límite está fijada en 40 km/h.
En el período de pruebas, la conducción estará supervisada por un conductor experto, que tendrá la capacidad de usar el volante, acelerar o frenar según cada situación, pero no se descarta que en el futuro y tras superar el período de pruebas y seguridad, se pueda prescindir del volante y de los pedales.
Eso sí, el coche autónomo únicamente recorrerá -de momento- las calles de Mountain View, la localidad de la sede de Google.
La principal preocupación de Google es conocer el modo de interactuación y percepción del vehículo por parte de la comunidad. Un reto con grandes dificultades pero protagonizado por un vehículo tecnológicamente muy avanzado y caracterizado por su gran versatilidad. La ausencia de un conductor en el vehículo hace cambiar todo el sistema y obliga a un replanteamiento. Se inicia un cambio en el sector que acabará por modificar absolutamente todo, desde la industria automovilística, las infraestructuras, el sistema de las aseguradoras, quienes ahora ignoran y no contempla este hipotético escenario. Aunque tecnología está prácticamente a punto, su introducción en el mercado será más tardía, ya que no existen leyes o pólizas de seguros para este tipo de coches. Muchos vaticinan que no será hasta el año 2064 cuando el 50% del parque automovilístico albergue este tipo de vehículos. Es, eso sí, el principio de un cambio radical en el sector.