El Audi RS7 Piloted Driving Concept dio un paso de gigante en cuanto a la conducción autónoma se refiere. La última prueba del DTM, el campeonato alemán de turismo, fue el escenario escogido para que este prototipo de Audi mostrase sus avances en carrera sin conductor en la mítica pista alemana de Hockenheim.
Tan sólo dos minutos fueron necesarios para mostrar el desarrollo de la tecnología sin conductor. Una vuelta completa al trazado en la que el prototipo autómata aceleró al máximo en rectas, frenó a fondo antes de girar para entrar con precisión en curvas, volviendo a acelerar sin problema a su salida. Según datos técnicos, el Audi RS7 Piloted Driving superó en las frenadas los 1,3 g mientras que la aceleración lateral en curvas se mantuvo en 1,1g aproximadamente. Sorprende el método de orientación de este Audi que utiliza señales GPS con datos precisos y corregidos que se transmiten al mismo tiempo vía WLAN y radio de alta frecuencia además de información sobre posicionamiento obtenida a través de imágenes de cámaras 3D comparadas con la información gráfica que el Audi tenía almacenada.
Para hacernos una idea más clara de esta prueba sin piloto, sólo hay que pensar que el Audi RS7 Piloted Driving Concept es un vehículo casi idéntico al modelo RS7 Sportback de serie. Es decir, incorpora un motor V8 de cuatro litros y 560 caballos de potencia, una velocidad máxima de 305km/h (en lugar del máximo de 250km/h), la misma dirección, frenos, acelerador y cambio automático de ocho marchas que el RS7. Sin duda, una prueba más que real sin piloto que ha superado las expectativas de la marca alemana de los cuatro aros en tan sólo dos minutos.
De los videojuegos a las pistas de carreras
Hasta ahora, la experiencia de conducción real se ceñía poco menos que a escenarios diseñados para videojuegos en los que la máquina corregía las acciones erróneas al volante. Luego las pruebas de coches autónomos dieron un salto cualitativo a escenarios más convencionales como calles o autopistas donde el tráfico está más o menos controlado, y ahora el gran avance se ha probado en un circuito de carreras. Anteriormente, las experiencias vividas habían sido, por ejemplo, en el estado americano de Nevada, en el que se había probado esta tecnología pero con la exigencia de que un conductor viajase dentro del vehículo por si un fallo en los automatismos le obligara a tomar los mandos del coche.