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Con la llegada del verano llega, también, la temporada de las incómodas arenas que se instalan en el coche, un elemento que se cuela por sitios prácticamente inaccesibles y que puede ocasionar daños en los cristales y la carrocería, pero también en el habitáculo interior. Sin embargo, no está todo perdido si  has decidido pasar un fin de semana en la playa o en la montaña, ya que existen interesantes consejos prácticos para hacer desaparecer las arenas.

La primera recomendación, si nos referimos al exterior del vehículo, es no utilizar agua, sino aire a presión para que la limpieza de la carrocería sea menos agresiva y no raye la pintura o las lunas del coche. Para llevar a cabo esta tarea se debe emplear un compresor de aire como, por ejemplo, el compresor que se puede encontrar en cualquier gasolinera para hinchar las ruedas, empleando la boquilla sobre los restos de arena. Hecho esto, ya podrá utilizar el agua a presión para completar la limpieza, evitando el uso de paños para secar la carrocería y los cristales sin haber comprobado previamente que no quedan arenas.

Es conveniente prestar especial atención a los bajos y a las ruedas, por lo que sería recomendable elevar el coche con unas borriquetas y emplear una pistola de agua a presión. En un taller de limpieza de automóviles pueden realizar esta operación pero si decides hacerla tú mismo, no uses esponjas duras o trapos porque, al frotar, las partículas de arena pueden provocar que se levante la pintura. La limpieza exterior se completa, en último término, con los faros, que deben estar sin ningún tipo de polvo para que no se reduzca su efectividad.

En lo que respecta a la tapicería, el primer consejo es utilizar un aspirador. Sacar y sacudir las alfombrillas, aspirarlas y lavarlas con agua, si fuera necesario, son los primeros pasos a tener en cuenta. Una vez hayas aspirado la tapicería textil del suelo es recomendable aplicar una espuma seca para completar el proceso.

Si levantas el capó, siempre en un lugar resguardado del viento, y localizas el filtro del aire, puedes retirar las pestañas que sujetan su tapa y sacar el filtro, que está colocado en el interior de una caja que puede limpiarse sencillamente con un trapo húmedo, pero nunca con agua. Pon la tapa, sin los tornillos, mientras limpias el filtro.

Para terminar, es conveniente saber que nunca debe limpiarse el motor con agua para no dañar los sistemas eléctricos.

Si a pesar de estos consejos decides optar por un lavado profesional, escoge uno que disponga de sistema de tratamiento de agua por ósmosis, que elimina la cal y el cloro para que nunca se queden marcas del agua en la carrocería.