Si los trajes de alta costura se confeccionan a medida, ¿por qué no hacer lo mismo cuando se trata de coches de lujo? Esta pregunta, que ya respondieron en su día algunas marcas como Audi o BMW, es ahora el nuevo desafío de Porsche, que acaba de presentar un nuevo ejemplo de esta división destinada a la personalización del vehículo según los deseos, gustos y personalidad del cliente.
La mejor forma de mostrar hasta dónde llega la capacidad de este programa de personalización es observar al detalle el nuevo Porsche 911 Turbo. No se trata de algo tan sencillo como escoger la gama cromática o la carrocería, sino que hay muchos aspectos entre los que el consumidor puede escoger, incluso los propios materiales.
En su exterior, el Porsche 911 Turbo llama la atención por su pintura dorada metalizada (Lime Gold Metalic), un color único que brilla por encima de otros tonos de esa misma gama y que rompe a la vista con el negro de las llantas, en formato de cinco radios, y las molduras exteriores. Además, novedosos son también los faros traseros posteriores, que dejan de lado la tónica más tradicional de Porsche –habitualmente en rojo- para decantarse por un sorprendente acabado transparente.
Y, para que no falte detalle, el interior también incluye toques bicolores de pintura en color orolima que se fusionan con una tapicería de cuero marrón oscuro y que, incluso, combinan cromáticamente con las alfombrillas ribeteadas y los acabados del salpicadero. Otro aspecto que conviene destacar en esta creación de Porsche Exclusive es el uso de la fibra de carbono en la moldura de la consola central, así como en las molduras de acceso de las puertas, éstas en carbono con iluminación.Además de este elemento como material de alta tecnología, se emplea el resistente Alcántara en el volante SportDesign, así como en la palanca selectora PDK.
Los cambios estéticos son evidentes y cuidados al milímetro, sin embargo no existen modificaciones en el aspecto mecánico, manteniendo su ya de por sí potente motor boxer de seis cilindros y 520 cv que logra acelerar de 0 a 100 km en tan sólo 3,2 segundos, alcanzando una velocidad máxima de 315 km/hora.
Si Porsche ya era sinónimo de distinción, con este programa se añade, además, el valor de la exclusividad. El único secreto para el cliente es dejar volar la imaginación y soñar con qué Porsche le gustaría conducir cada día.