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A todo el mundo le interesa ahorrar y más en el tiempo de crisis que nos ha tocado vivir. El mantenimiento del coche proporciona muchos dolores de cabeza a las familias españolas. Si disponemos de un automóvil diésel de reciente fabricación, tenemos menos posibilidades de avería. Sin embargo y de producirse ésta, será muy cara la reparación. Y es que la tecnología avanza, los motores cada vez poseen más prestaciones y beneficios, circunstancia que redunda en una disminución de los fallos. No obstante y al emplearse avances técnicos de última generación, el precio por arreglar cualquier desperfecto asciende considerablemente.

Para evitar disgustos y prolongar la vida del motor diésel de nuestro vehículo, seguidamente ofrecemos algunos interesantes y útiles consejos:

Seguir a rajatabla el Plan de Mantenimiento.

El Libro de Mantenimiento del coche debe convertirse en nuestra particular “biblia”. En este práctico manual se indican los momentos en los que hemos de hacer las revisiones o el tipo de aceite y recambios a utilizar . Si hacemos caso omiso a estas indicaciones, tendremos muchos puntos para sufrir una grave avería de motor.

No parar el motor repentinamente.

Se recomienda no parar el motor repentinamente, especialmente si acabamos de subir una montaña o si hemos circulado por autopista o autovía. En tales casos, es recomendable esperar unos cinco minutos. La razón es simple: el aceite acumulado en la turbina puede terminar carbonizado y afectar al turbo.

No esperar a la reserva para repostar.

Las impurezas del combustible se depositan en el fondo del tanque y, si apuramos el repostaje, aquéllas podrían pasar al motor. Por otra parte, también resulta aconsejable no repostar cuando veamos al camión cisterna llenando los depósitos de la gasolinera, porque podrían colarse partículas y humedad.

Vigilar el nivel del aceite.

Se trata de una operación básica de mantenimiento. ¡Ojo!, porque tan perjudicial es llevar un nivel muy bajo como muy alto de aceite. En este último caso podrían reventar los manguitos por la presión, aparte de producir daños en el turbo.

Antes de arrancar, esperar unos segundos.

Es suficiente con diez segundos al ralentí antes de iniciar la marcha, especialmente cuando el coche esté frío. De esa forma, la bomba de aceite tiene tiempo de lubricar todo el motor.

Purgar el filtro del gasoil, sustituirlo cada 60.000 kilómetros, además de evitar circular por debajo de las 2.000 rpm y acelerar sin reducir de marcha son otras recomendaciones básicas, si deseamos tener un motor diésel con muchos años de vida. Siendo un poco metódicos, lograremos ese objetivo.