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Aunque España no es un país con una extensa tradición en lo que viajar en autocaravana se refiere, es cierto que en los últimos años, con motivo del auge del turismo de naturaleza, el deseo de dejar de lado el estrés y la búsqueda de unas vacaciones económicas, son muchos los ciudadanos que se apuntan a esta moda de pasar unos días sobre ruedas.

Los atractivos de esta forma de viajar los conocemos y en el que más insisten los usuarios del “autocaravanismo” es en la sensación de libertad. Poder cambiar de destino en el último momento, modificar las rutas en función del tiempo meteorológico y no estar sujeto a los horarios de un hotel son algunas de las satisfacciones que reporta esta tendencia, pero antes de arrancar el vehículo es importante tener algunos datos en cuenta.

El primer paso, y ya que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, es importante tener a mano el Boletín sobre Movilidad en la Autocaravana que edita el Ministerio del Interior. En él se aclaran numerosos conceptos y se establece el reglamento al que debe estar sujeto el propietario de este transporte y que, por tanto, podrá evitarle cualquier tipo de sanción. Evidentemente, no todos los conductores pueden ponerse al volante de una autocaravana, y si ésta pesa más de 3.500 kilos será necesario el carnet C. Además, el cuentakilómetros nunca deberá superar, ni en autopistas ni en autovías, los 100 kilómetros por hora.

Saber diferenciar entre estacionar y acampar, y hacerlo en las zonas pertinentes, es el ABC de los aficionados a moverse en autocaravana. El primero de estos ejemplos, estacionar, implica la parada del vehículo en una zona sin acondicionar y en la que, por tanto, podrás comer, dormir dentro y elevar el techo siempre y cuando éste no se salga del perímetro del automóvil (no están permitidos, en consecuencia, los toldos o abrir las ventanas porque estos sí superan el volumen de la autocaravana). Sin embargo, nunca se podrán poner patas estabilizadoras, ni tampoco poner ningún objeto adicional en el exterior (mesas, sillas, etcétera). En caso de acampar en un lugar establecido para ello –con señalización oficial-, el usuario podrá hacer pleno uso de la autocaravana porque tendrá desde toma de agua y vaciado de aguas hasta punto de recogida de basura.

Con el conocimiento pertinente de la legislación y todas esas comodidades… ¿quién no se resistiría a pasar las vacaciones en la carretera?