La conducción eficiente persigue una reducción del consumo de carburante y de la contaminación ambiental, lograr mayor confort al volante y una disminución de los riesgos en carretera. Cada vez más conductores se apuntan a esta nueva manera de desplazarse, aplicando unas sencillas reglas y aprovechando la tecnología de los motores actuales.
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), para conducir eficientemente y ahorrar gasolina debemos tener presentes estos diez factores:
- Arranque. Este momento es clave a la hora de ahorrar combustible. Debemos evitar pisar el acelerador al arrancar. En vehículos gasolina podemos iniciar la marcha de forma inmediata. Si se trata de motores diésel es recomendable esperar unos segundos, para favorecer la lubricación del sistema.
- Primera velocidad. La primera sólo ha de emplearse para iniciar la marcha. Debe pasarse a la segunda a los 2 segundos o tras 6 metros recorridos, aproximadamente.
- Cambios de marcha. Conocer nuestro vehículo y saber cuándo cambiar la marcha es fundamental para ahorrar combustible. Como referencia y según las revoluciones, en motores gasolina el cambio debe efectuarse entre las 2.000 y 2.500 r/min y en motores diesel entre las 1.500 y 2.000 r/min. Después de efectuar el cambio, debemos acelerar de manera ágil.
- Emplear marchas largas a bajas revoluciones, siempre que sea posible. Es recomendable emplear la cuarta o la quinta también en ciudad, cuando las condiciones lo permitan. Tengamos en cuenta que un coche de pequeña cilindrada, que circula a 60 km/h, en tercera consume más de 7 litros y en quinta sólo gasta 6 litros de combustible, un 15 por ciento menos.
- Mantener una velocidad uniforme de circulación. Resulta fundamental evitar frenazos, cambios de marcha y acelerones innecesarios.
- Deceleración. Se aconseja dejar rodar el coche con la marcha engranada, frenar suavemente después y reducir lo más tarde posible, cuando las circunstancias lo permitan.
- Anticipación. Resulta crucial anticiparse al resto de conductores y a la propia circulación. Si se guarda distancia de seguridad suficiente y vemos hasta dos o tres vehículos por delante del nuestro, seremos capaces de evitar inoportunos frenazos o acelerones.
- Detención. Detener el vehículo sin reducir previamente de marcha es una buena opción de ahorro. Esta acción fuerza los frenos y debe llevarse a cabo si las condiciones de la conducción son favorables.
- Apagar el motor en paradas que superen el minuto.
- Seguridad y confort. Aplicar estas reglas de conducción eficiente, generalmente, ayuda a aumentar el confort y, en muchos casos, evitar accidentes. Sin embargo, hemos de tener presentes las condiciones concretas de cada momento, para que la seguridad no se vea perjudicada.
Todas estas acciones demuestran que la actitud de los conductores al volante es determinante para el bolsillo de éstos y para reducir el consumo global de carburantes. Pensemos que el 40 por ciento de la contaminación de CO2 proviene del transporte por carretera y que la conducción eficiente logra un ahorro medio de combustible y de emisiones del 15 por ciento.