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Según recientes estudios, en la actualidad millones de personas se sienten estresadas por el ruido de la ciudad, algo en lo que tienen mucho que ver los coches y motos que circulan por la calzada. Y es que aunque a muchos les encante escuchar el rugido del motor de su coche, el ruido puede tener efectos muy negativos sobre nuestra salud.  Como efectos directos del ruido reinante en la calle podemos citar trastornos del sueño, tinnitus (escuchar algo aunque no suene nada) o incluso infartos (un problema que cada año se lleva a un millón de personas)

Como es obvio, la mayor parte del ruido en los países occidentales procede del tráfico, especialmente de los coches demasiado antiguos que cuentan con problemas de motor que no se han solucionado. En España por ejemplo el 47% del ruido en la calle la causan los automóviles y las motos. No obstante, el gobierno está intentando reducir la contaminación acústica a través de leyes que establecen los 70 decibelios como valor máximo deseable, siendo los 55 decibelios lo que se considera como el nivel de confort acústico.

También los gobiernos europeos llevan tiempo intentando reducir el nivel de ruido en sus países pues son conscientes de los efectos nocivos que el tráfico tiene sobre la población. Sin embargo, todavía hay muchas marcas de vehículos que siguen teniendo el sonido entre sus prioridades. Al menos el buen sonido. Y es que aunque cumplen con la ley a la hora de establecer el ciclo de homologación, puede llegarse a grande niveles si por ejemplo se regulan las válvulas del escape. Con todo, la ley suele tener manga ancha con los modelos deportivos. Por ejemplo, la UE permite que los vehículos con más de 272 CV de potencia por tonelada se excedan 7 decibelios de lo permitido.

La cuestión es que existe una gran diferencia entre estar sentado tomando un café en una terraza y escuchar el estruendo de una moto al pasar que ser uno el que la conduce. La sensación es completamente distinta y por eso algunas marcas siguen empeñadas en ofrecer este “extra” al cliente.

Pero además, el ruido no es percibido de igual manera en toda Europa, sino que los países del norte se sienten más afectados por el ruido de los coches y las motos que en los países mediterráneos. En cualquier caso, mientras no haya una legislación eficaz que lo regule, no habrá un descenso de los niveles de ruido en las ciudades.