Os contábamos en el post anterior cómo revisar el aspecto exterior de un vehículo de ocasión, con el fin de detectar posibles problemas antes de realizar tal inversión. Ahora, abordaremos la parte más difícil de examinar, la mecánica, si no dispones de los conocimientos adecuados puede que te encuentres un poco perdido, te ayudamos.
Empieza por comprobar que el vehículo no pierda líquido, cuando lleve un rato estacionado mira debajo si hay manchas o el suelo está húmedo. Estas pérdidas pueden provenir del aire acondicionado, del sistema de frenos o del motor y nunca son una buena señal. Otra cosa que no te costará revisar, y es esencial, es el sistema de frenos, simplemente debes fijarte si el pedal está demasiado hundido, el freno de mano demasiado duro o si, con el coche en funcionamiento, al utilizarlos se producen ruidos.
Comprueba la dirección, mira que no esté demasiado rígida, pero tampoco demasiado suelta, que no haya desviaciones, que no emita ruidos y gira completamente el volante a ambos lados para comprobar si se bloquea en algún punto. Dedícale también un instante a la suspensión, fíjate que la carrocería no esté demasiado baja, que no oigas ruidos metálicos y que en movimiento el balanceo no sea excesivo.
El motor es la parte más difícil de analizar, para no descubrir, tras comprarlo, averías camufladas la mejor opción es que lo vea un mecánico, aún así te aconsejamos que estés atento a los ruidos anormales y que te fijes si el ralentí es regular.
Para finalizar, no olvides comprobar el estado del interior del vehículo.