Redacción
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El parabrisas es un elemento fundamental de nuestro vehículo, tanto para el aislamiento como para la seguridad, pero es relativamente frágil. Las roturas suelen producirse circulando y a veces no podemos hacer nada por evitarlas, pero otras veces sí está en nuestra mano proteger esta parte esencial de nuestro coche.
El primer consejo que te damos es que evites que la calefacción o refrigeración provoquen demasiada diferencia de temperatura entre el interior y exterior del vehículo. Estas diferencias producen tensiones térmicas que pueden abrir grietas o micro-fisuras.
Si tu parabrisas está congelado nunca viertas agua caliente por encima para deshacerte del hielo. Tampoco debes dirigir el aire (ni frío ni caliente) directamente al parabrisas. Todo esto provoca grandes diferencias de temperatura que como ya te comentamos agrietarían el cristal.
Es importante también que mantengas la distancia de seguridad con el vehículo de delante, así evitarás el impacto de gravilla y sobre todo que extremes esta precaución en las carreteras con pavimento en mal estado.
Si aún siguiendo estos consejos recibes un impacto, no lo dejes estar, aunque sea pequeño, lo mejor es que acudas cuanto antes al taller, ya que si lo reparas a tiempo puede que no sea necesario cambiar el cristal.
